Los trabajadores municipales de Olavarría definieron una insólita modalidad de protesta ante la falta del cierre de la paritaria: disfrazados de payasos, persiguen por todos lados al intendente Ezequiel Galli y le instalaron una carpa en la puerta de la municipalidad.

Se trata del Sindicato de Trabajadores Municipales de Olavarría, que conduce José Salvador Stuppia, un gremialista al que fuentes locales coincidieron en definir a LPO como ex "socio" del intendente de Cambiemos, pero ahora se transformó en un feroz opositor.

Los municipales -que se hacen llamar "los payasos de Galli"- se pasean por Olavarría vestidos como payasos, en una parodia al equipo de gobierno del intendente. Se los vio en el Tedeum arriba del altar y también en el desfile del 9 de Julio en el palco junto a los militares, pero en las últimas semanas intensificaron su presencia y se aparecen en cada acto público del intendente.

Según dicen desde el gremio, el reclamo sería porque no cerró la paritaria. El propio Galli dijo en declaraciones a medios locales que la oferta que les hizo era del 27 por ciento, aunque Stuppia lo desmiente y dice que ese número sería solo para algunos trabajadores, mientras la mayoría sólo cobraría un 20,8 por ciento. 

Sin embargo, existe otro conflicto abierto entre Galli y Stuppia. Fuentes locales aseguraron a LPO que su sindicato trabajó silenciosamente en 2015 para que el intendente de Cambiemos resultara electo. Sin embargo, en paralelo Galli iba tejiendo un acuerdo para traer a UPCN a nivel municipal y dividirle el gremio al sindicalista. 

Entonces, cuando asumió Galli, Stuppia comenzó a pararle algunos servicios. Finalmente llegaron a un arreglo y se convirtieron en "socios" hasta este año. A principios de 2018, sin la paritaria abierta, el intendente barajaba ofrecerles un 18% en cuatro cuotas, que después pasó a ser en dos. Sin embargo, cuando arrancó la paritaria en abril ese techo era muy bajo. Según contaron fuentes que participaron de la negociación, les ofreció un 18% retroactivo a mayo al que se sumaría 5 en septiembre y 5 en primeros días de diciembre (llegando a 28 para los ocho meses). Los primeros días de enero, cerrado el índice de inflación, se pagaría esa diferencia.

"Stuppia no lo aceptó. El año pasado agarró por 12 meses un 25% en tres cuotas sin cláusula gatillo, ¿por qué ahora dijo que no? Estamos bajos de sueldo por el acuerdo que hizo el año pasado cuando era amigo del intendente", dijo a LPO un trabajador municipal que no adhiere al gremio.

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Según explicó, hay 8 millones de pesos en concepto de contribución de cuota solidaria que están "retenidos" y Stuppia está peleando por eso. "Cuando eran socios firmaron un convenio colectivo de trabajo, que decía que los no afiliados a su gremio tenían que pagar la cuota solidaria. Hubo presentaciones de UPCN en el Tribunal de Cuentas, les falló a favor y dijo que era inconstitucional, al no estar homologado por el Ministerio de Trabajo no había obligación de retener ese dinero", explicaron.

El municipio entró en la disyuntiva de si seguir reteniéndolo o no, entonces lo empezó a depositar en una cuenta en plazo fijo en Banco Provincia e inició junto con UPCN una causa nueva donde pide una declaración de certeza para ver si es constitucional.

"Si la justicia dice que es constitucional se lo devuelven con intereses a Stuppia, si dicen que no, se devuelve todo a los trabajadores. Pero mientras tanto el piquete sigue en la puerta. Por eso la carpa va a seguir hasta fin de año o cuando esto se resuelva", vaticinan desde Olavarría.

En rigor, fuentes de la oposición aseguran que "más allá de Stuppia" hoy ya conviven cuatro carpas en lugar de una en la entrada de la municipalidad. Es que los gremios docentes y otros trabajadores -incluso la CGT local y otros sindicatos- se fueron sumando a la manifestación en contra de Galli.