No hubo sorpresas: el Senado rechazó la ley del aborto con 38 votos en contra y 31 a favor, una tendencia que se afirmó hace una semana y no pudo ser revertida en negociaciones de último momento que cesaron por la tarde y que incluyeron una fantasiosa propuesta del santafesino Omar Perotti de tratar un nuevo proyecto de "consenso", luego que se rechazara la media sanción enviada desde la Cámara de Diputados.
Bajaron los brazos entrada la noche, cuando Miguel Pichetto y Humberto Schiavoni, jefes de bloque del Justicialismo y el PRO y decididos a votar a favor, consideraron inviable apelar a un artilugio reglamentario para tratar esos proyectos alternativos presentados por Perotti y la neuquina Lucila Crexell, que decÃa arrastrar cinco votos, uno de ellos el del salteño Rodolfo Urtubey. Ambos se abstuvieron.
La neuquina proponÃa habilitar el aborto hasta la semana 12 sin mayores regulaciones, no muy distinto a la última versión redactada por los verdes con los retoques de los cordobeses que no habÃa logrado mayorÃa para firmar dictamen. Perotti, que coqueteó hasta último momento con su voto, planteó despenalizar a las mujeres que interrumpen su embarazo y convoco "a todos los senadores a quedarse y a tratarlo". Nadie lo tomó en serio.
Quedó pendiente la propuesta de una consulta popular, que los verdes habÃan evaluado como última alternativa, pero lo cierto es que a diferencia de Diputados, en el Senado no existió una comitiva que trabaje en variantes múltiples para que la ley se sancionara. Y la ley se cayó.
Los verdes no se resignan a una derrota y evalúan pedir una consulta popular
Hubo una excesiva confianza a sumar votos con las promesas del ministro de Salud, Adolfo Rubinstein, quien prometió que el Estado nacional financiarÃa el uso de la droga abortiva Misoprostol y se permitirÃa la objeción de conciencia institucional. Pero no sedujo a nadie y se ganó la furia de los legisladores de Cambiemos.
Cuando ya estaba claro que el aborto no iba a ser sancionado, Macri emitió un comunicado con una declaración que intentó quedar bien con unos y otros: "no importa cual sea el resultado, hoy ganará la democracia".
Pichetto no la dejó pasar en su discurso: "Los grandes cambios cuando se producen es por un fuerte decisionismo. La opinión del Presidente no puede ser abierta cuando se instala un debate de estas caracterÃsticas. DeberÃa haberse jugado un poco más para que la ley saliera".
Con la ausencia de la puntana Eugenia Catalfamo (de licencia por embarazo y declarada a favor) el rechazo consolidó los 38 votos que habÃa garantizado temprano, con el anuncio del tucumano José Alperovich. Era uno más que la mayorÃa simple.
"Lloremos hoy y mañana volvamos a empezar", tuiteó la macrista Silvia Lospennato, referente de las diputadas que lideraron la campaña a favor de la ley, que no tuvieron un dÃa fácil.
Les impidieron presenciar la sesión e intentaron negociar propuestas alternativas que no resultaron. El Senado también es conservador en sus métodos y hay una tensión en los bloques por temas como la habilitación de allanamientos a Cristina Kirchner, que complica improvisar negociaciones cruzadas.
El campamento celeste, que aguardaba sobre calle Yrigoyen, celebró el rechazo con fuegos de artificio pero los lÃderes instruyeron por megáfono retirarse rápido y evitar enfrentamientos. Sobre Rivadavia hubo incidentes y algunos detenidos en la desconcentración de la militancia verde, ante un férreo operativo policial. Hablaban de ocho detenidos.
Alrededor de las 20 horas Gabriela Michetti sugirió votar a las 22 para evitar incidentes, pero hicieron fila para atacarla y la sesión siguió hasta las 3 de la mañana. Atrás quedaron 5 meses de debates, casi un millar de oradores, la media sanción en Diputados tras debatir casi un dÃa que fue tirada por la borda en el Senado, donde la ola verde habÃa tomado la delantera pero se deshizo con el correr de los dÃas, bajo la discreta pero intensa presión de la Iglesia Católica, que supo moverse en el Palacio y en la calle.
La alianza de evangelistas y católicos se hizo sentir fuerte en la movilización de los celestes
Hace un mes Pichetto y Schiavoni apuraban la sesión para sancionar la ley rápido, luego negociaron cambios para devolverla al Senado y se quedaron sin los votos y la mandaron a archivo. No podrá tratarse hasta el año que viene y desde cero, o sea, un nuevo texto y otro paso por comisiones de ambas Cámaras. En un año electoral, nadie se imagina con ganas de pasar por esos trajines.
"El siglo 21 es de la mujer y el que se queda afuera se queda afuera de la historia. La religión no puede imponer normas en un Estado laico", se indignó Pichetto, que apuntó por igual contra "la iglesia católica" y contra "los credos evangélicos que juegan con la inocencia de la gente". Fastidioso, lamentó la falta de apoyo de Macri y también no haber tratado está ley antes. reconoció a Ma "El No gana esta noche, pero el futuro no les pertenece", cerró.
Antes de ser aludida por el rionegrino, Cristina, culpable de bloquear este debate en sus 8 años de presidenta, se sumó al cambio de época. "Vamos a acompañar está media sanción tal como anunciamos el 15 de junio", ratificó e ignoró que Silvia GarcÃa Larraburu, de su bloque, que anunció dÃas atrás su votó en contra y marcó el inició de la caÃda de la ley. "Nunca es gratis oponerse al status quo", dijo para solidarizarse por los escraches a su compañera Nancy González. Pareció ironizar sobre sus avatares judiciales.
"Se puede estar de acuerdo o no, pero estamos rechazando un proyecto sin proponer nada alternativo, y la situación va a seguir siendo la misma. No me convenció mi hija feminista. Me hicieron cambiar de opinión las miles y miles de chicas que se volcaron a la calle. Yo voto por la vida siempre. Como cuando voto contra las polÃticas económicas que le hacen mal a la gente", completó la ex jefa de Estado. "Dentro de 15 años voy a tener 80 y mis nietas estarán en cuatro y quinto año. No quiero que me pregunten que hice cuando fui senadora", agregó.
Alperovich anunció que vota en contra del aborto y se cae la ley
Los celestes festejaron con un discurso de Silvia ElÃas de Pérez, la radical tucumana que volvió incrédula de presenciar aquella sesión de Diputados que aprobó el aborto legal, armó el grupo de senadores que promovió el rechazo, presionó a los expositores en las audiencias, juntó los votos y se convirtió en la ganadora de la noche.
"Ni fascista ni retrógrada. Yo estoy a favor de la vida", le recitó sonriente a Pichetto. "Soy de las que cree que la dignidad humana no tiene banderas polÃticas y que nada justifica que la vida quede a merced de nada ni de nadie", agregó.
"¿Por qué elegir? ¿Por qué no legislar para la mujer y para el niño por nacer, para que todos los argentinos en este bendito paÃs tengan su vida protegida?", cerró la tucumana.
Le contestó su correligionario Luis Naidenoff. "Desde 1921, con la última versión del Código Penal, no hay mujer que deje de abordar. Están las que pueden pagar y las otras que parecen que no interesan. Una muerte evitable deberÃa movilizarnos", dijo el formoseño que tuvo un duro cruce con Michetti, quien sin percibir que los micrófonos estaba abiertos lo trató de "pelotudo".
Otro radical, Mario Fiad, habÃa iniciado el debate a las 10 de la mañana, 17 horas antes. "El derecho a la vida está por convertirse en el más débil de los derechos", fue una de sus frases inaugurales. Le siguió una ola de discursos con la Iglesia como protagonista y varias intervenciones emotivas.
"Se aborta clandestino y también se aborta en los sanatorio. Trabajé 18 años en un sanatorio y veÃa los libros donde decÃan legrados uterinos, muchos más de los que ustedes se imaginan. He visto chicos recién nacidos que eran anencefálicos y que han obligado a sus madres a tenerlos. QuerÃa cambiar el proyecto, pero me dicen no. ¡Acá todo es no!", perdió el control la tucumana Beatriz Mirkin. "Tengo miedo que le haga mal hablar asÃ", se asustó Michetti.
La vicepresidenta tuvo un dÃa largo y no pasó desapercibida. Se enfrentó varias veces a senadores que no respetaban los tiempos y esta vez no conseguÃa quien la defendiera. Luis Naidenoff, el jefe de la UCR, le salió al cruce cuando cortó a Pamela Verasay, referente verde. "Qué pelotudo", se le escuchó decir fuera de micrófono. Sobre el final Pino Solanas le achacó que no dejó entrar a Nora Cortiñas y le exigió a gritos que dejara hablar a su par Magdalena Odarda. Cuando el rechazo se votó, se la escuchó festejar con un "Vamos todavÃa". No se contuvo.
La macrista Gladys González se quebró. "Han sido muy difÃciles para mi todos estos meses, porque me di la oportunidad de la reflexión. Y lo digo con el corazón: sueño para las mujeres que nunca tengan que tomar la difÃcil decisión de interrumpir su embarazo. Pero si deciden hacerlo quiero que lo hagan seguras, acompañadas, que lo hagan con el amor que se necesita para atravesar ese difÃcil y doloroso momento. Me hago cargo. No quiero mirar para otro lado".
Inés Blas, la catamarqueña que Pichetto creyó poder convencer y no pudo, ofreció la renuncia a la banca de la Mujer que preside. "No nos respetan como católicos", se ofendió Adolfo RodrÃguez Saá. Las cartas están echadas. El aborto legal quedará para otra época.
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Una "lobotomizada"
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Valoro más la vida de otra persona que mi dentadura. No tengo drama.