Primero lo desmintió el presidente Mauricio Macri. Enseguida hizo lo propio el ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere. Pero el rumor está instalado y las versiones de que el Gobierno volverÃa a aplicar retenciones al agro están más vigentes que nunca y ya impactan en los mercados.
LPO pudo averiguar que en el equipo económico del Gobierno no descartan regresar al esquema de derechos de exportación que utilizó el kirchnerismo, presionados por una reducción del déficit muy ambiciosa a la que no le encuentran la vuelta. Es que el acuerdo con el FMI implica bajas del gasto para este año de cientos de miles de millones de pesos, difÃciles de alcanzar en un marco de debilidad polÃtica.
Por eso, una de las ideas que se estudian en el Gobierno es atacar el tema de tres lados: Mantener una devaluación que licué parte del gasto, ajustar y aumentar los ingresos vÃa retenciones. Esto significarÃa que, además de la soja que ya tiene retenciones, también se le aplicarÃa el impuesto al trigo, al maÃz y al girasol.
Si bien aún no está claro el porcentaje que eventualmente se podrÃa aplicar a cada cultivo, en el caso de la soja se habla de aplicar retenciones fijas en torno al 30% quitando la eliminación gradual de 0,5% por mes que alienta la especulación y retención de los productores, que ven que a fin de año pagarán seis puntos menos que en enero de 2018.
La decisión por ahora no avanza porque Macri es quien más la resiste. El presidente considera -con bastante razón- que semejante ruptura de una de sus principales promesas de campaña, le enajenarÃa el voto duro del campo, que todavÃa conserva.
En el Gobierno son conscientes que la vuelta de las retenciones despertará un conflicto de magnitud con el agro. Por esto, la estrategia serÃa proponerlo como un plan transitorio a implementarse durante un sólo año a modo de emergencia económica.
Algo similar a lo que están tratando de hacer con los combustibles, donde volvió a aparecer el fantasma de otra polÃtica kirchnerista: El barril criollo.
Como sea, los rumores ya impactaron en el mercado: el martes en el Matba se registró un fuerte ajuste de precios de la soja, mientras que este miércoles en la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) no hubo ofertas a la espera de que el Gobierno brinde definiciones.
Bronca por el trigo
En cuanto al trigo, existe un alto grado de indignación en el macrismo porque en medio de la corrida cambiaria, en el mercado local se paralizaron las ventas llevando el precio del cereal a casi $ 6.000 por tonelada y de la bolsa de 50 kilos de harina a más de $ 600, incubando un fuerte aumento del pan.
El maÃz, por su parte, se comercializa a $ 4.400 por tonelada, mientras que el girasol opera a u$s 300. También estarÃa en análisis aumentar las retenciones al biodiesel del actual 8% a una base de al menos 15%.
En Balcarce 50 consideran que este paquete de medidas que afectarÃa la rentabilidad del campo permitirÃa aumentar la recaudación fiscal de manera significativa en el corto plazo dependiendo del porcentaje de retención que se establezca a cada cultivo.
El tema es que la medida -si se concretara- llegarÃa en un mal momento después de la peor sequÃa de los últimos 70 años que terminó arrojando una cosecha de soja de apenas 36 millones de toneladas, al tiempo que en maÃz se producirán sólo 32 millones de toneladas.
El tema está tan instalado en el sector que el presidente de Confederaciones Rurales (CRA), Dardo Chiesa, fue contundente: "SerÃa un robo al bolsillo de los productores que no avalaremos. Esto trae mucho malestar. Queremos que no nos roben", advirtió en el Congreso de Maizar.
El campo fue el sector que más apoyo a Macri en los primeros dos años de gestión. En 2015 el interior productivo cumplió un rol fundamental en el triunfo de Cambiemos, mientras que en 2017 los candidatos oficialistas también arrasaron en zonas rurales.
El problema es que en el Gobierno la preocupación por el déficit fiscal es tan grande que algunos funcionarios reconocen por lo bajo que si no implementan las retenciones al agro, deberán, entonces, despedir a decenas de miles de empleados públicos y bajas gasto social. Un escenario imposible para el macrismo.
El debate que se plantea en los despachos oficiales por estas horas es cuál es el costo menor que convendrÃa pagar. "Está claro que la devaluación benefició al agro y que el pedido de retenciones vendrÃa compensado por este lado", justificó a LPO, un funcionario del Gobierno.
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Así que es más probable que finjan un golpe y abandonen a que pierdan en las elecciones.
Cuando asumieron, eliminaron o rebajaron retenciones agrícolas y aumentaron de ese modo el déficit fiscal, porque no sólo el gasto se mantuvo igual al principio, sino que lo aumentaron ellos mismos después. Ahora se están dando cuenta de que fue un error.
A la vez, permitieron que los exportadores liquiden sus dólares cuando se les de la gana, con lo cual tuvieron que endeudarse crecientemente y al pedo, poniendo en marcha una siniestra bicicleta financiera en la que sólo salieron ganando los amigos de Caputo y Macri. Ahora les entra en la cabeza que fue una mala decisión.
Devaluaron brutalmente al comienzo de su gobierno, e incluso lo anunciaron antes para que se produzca un también brutal aumento de precios que todavía no cesa. Hasta Cavallo les está diciendo ahora que eso fue una tontería.
Pero necesitaban devaluar porque muchos de los que serían ministros de Macri habían jugado a futuro con un dólar alto, así que obtuvieron pingües ganancias. Si hubieran dejado el dólar controlado que les dejó la anterior gestión hasta marzo del 16, el país se hubiera ahorrado de pagarle a estos buitres locales la espectacular diferencia que ellos mismos decretaron.
Para postre, demonizaron un instrumento útil como el mercado de futuros, ¡al que ahora han vuelto a recurrir ellos mismos!, con el solo fin de perseguir políticamente a Vanoli y Cristina con una justicia amañada por ellos.
Ni hablar de lo que hicieron con las tarifas, donde en vez de ajustar el mercado mayorista, hicieron recaer todo el peso de la reestructuración en los consumidores residenciales.
Si van a recular hasta el 2015, quiero que me devuelvan el nivel de vida que tenía con Cristina, que nunca fue santo de mi devoción. Quiero que vuelva todo lo bueno y aparten todo lo que realmente fue erróneo, no que sigan haciando politiquería gorila barata de la mano de la chancha Carrió. De última, llamen a Kizilov si no encuentran un ministro de Economía decente.
Porque todo lo demás (la cultura en manos de la misma banda bolchevique de siempre, el tribunal de Inquisición del INADI, la promoción de la homosexualidad, el turismo sexual pedófilo y la dictadura de la dieta sin sal, entre otras cosas) sigue intacto con Macri. Así que, por lo menos, regresen a la economía de consumo, antes de que termine de explotar todo.