Mientras el gobierno busca atenuar el costo político por el fuerte ajuste de los servicios públicos que colocan a las tarifas argentinas entre las más caras de América Latina, especialistas destacan que el avance sobre las energías renovables podría empeorar la situación.
"Si el gobierno avanza en el desarrollo de renovables las tarifas se van a encarecer aún más", aseguró a LPO Andrés Di Pelino, vocero del Centro de Estudio de la Regulación Económica de los Servicios Públicos (Ceres) de la Universidad de Belgrano. Di Pelino explicó que este tipo de generación eléctrica "es más cara tanto en forma directa por el costo por Megavatio que tiene, como de forma indirecta debido a la necesidad de construcción de nuevas líneas de tendido eléctrico que te encarecen el precio final".
En este sentido, el último informe que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, envió al Congreso de la Nación ratifica que para transportar la nueva generación de energías renovables se requerirán ampliaciones de capacidad por un total de 5800 MW. El motivo de estos nuevos tendidos se debe a que los parques eólicos y solares en general se encuentran en zonas inhóspitas que necesitan una conexión con el sistema interconectado nacional.
Otro de los costos implícitos que destacan desde el Ceres está asociado a los tiempos muertos donde no se genera electricidad. "Como los vientos no son constantes, ni permanentes, el porcentaje del día en el que el molino conecta y genera energía -lo que se llama factor de carga- ronda el 40% en la Patagonia y eso que es el lugar con mejores condiciones del país", subrayó su vocero.
En cuanto a la energía solar, su factor de carga es todavía más bajo, promediando el 20% según datos de Cammesa. El bajo porcentaje se explica por la latitud que tiene la Argentina en el hemisferio sur que le otorga pocas horas de luz y alta nubosidad. Por estos motivos, la generación de electricidad en este tipo de energías no es constante a lo largo de las distintas horas del día, así como también varía en las distintas estaciones del año.
"Esto hace que tengas que aumentar la energía de base como respaldo, es decir, tener una reserva por si no sopla el viento. Cuando esa incorporación es muy alta, también es muy alto el porcentaje de respaldo que tenes que tener, lo que te encarece todo el sistema y hace que recaigas en la energía convencional. Por lo tanto, el impacto ecológico es nulo. Ni España, Alemania, Italia ni cualquiera de los países que más avanzaron en la incorporación de renovables pudieron disminuir sus emisiones de dióxido de carbono", comentó a este medio Federico Bernal, director del Observatorio de Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (OETEC).
La iniciativa "verde" había sido impulsada desde el gobierno anterior, pero fue esta administración la que le dio verdadero impulso y estableció como política de estado su desarrollo. En septiembre de 2015 se aprobó por unanimidad la Ley 27.191 de Fomento Nacional al Uso de Fuentes Renovables destinadas a la producción de energía eléctrica, que establece que el 8% de la electricidad nacional debía tener este origen para diciembre de 2017 y el 20% para fin de 2025.
La meta de 2017 estuvo lejos de cumplirse, ya que en este momento la matriz energética nacional está compuesta solo en un 1,7% por las llamadas renovables, pero el gobierno espera incrementar drásticamente la incorporación de estos proyectos para poder cumplir las próximas metas.
Para ello, lanzó el Plan RenovAr en su primer año de mandato a partir del cual planea abrir licitaciones cada 3 meses y recibir inversiones por USD 15.000 millones durante los próximos 8 años para la construcción y puesta en marcha de proyectos de generación de energía eólica, solar, plantas de biomasa, biogás y pequeños aprovechamientos hidroeléctricos. De ese monto, la Cámara Eólica Argentina anunció que están en ejecución inversiones por USD 4.000 millones.
La región que más desarrolló este tipo de energía en todo el mundo fue la Unión Europea, que tras más de 10 años del inicio de esta política, presenta un incremento de tarifas que generó un cuadro de 50 millones de "pobres energéticos", personas que destinan más del 10% de sus ingresos al pago de luz y gas. En consecuencia, la Comisión Europea ha creado recientemente el observatorio europeo de la pobreza energética (EU Energy Poverty Observatory), que se encargará de investigar las políticas para combatir la pobreza energética.
A partir de los datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat), se puede observar una correlación casi exacta entre el uso de energías renovables con el encarecimiento de las tarifas (Ver gráficos).
"En Europa los estados les trasladaron a los consumidores estos mayores costos de energía verde. En Alemania Merkel dijo que si quieren un país limpio y desactivar las centrales nucleares van a tener que pagar más. Los españoles que fueron los que más desarrollaron el tema eólico también están pagando más. En cambio, los franceses se quedaron con generación nuclear que es la más barata que hay y en consecuencia están afrontando costos mucho más bajos", detalló Di Pelino.
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Respecto a las lineas de tension, es cierto que algunas de estas energias renovables están en lugares remotos, como la Puna o Patagonia, veamos por ejemplo Yaciretá que obligó a construir lineas desde Corrientes o El Chocon para traerla de Neuquen, los desafios serán las centrales de Sta Cruz y las solares en la puna y cuyo, pero bien manejadas no deberian encarecer sustancialmente los costos de la energia, transmision es solo una fraccion del costo total, siendo los mayores los impuestos (raro no?) la generacion y distribucion.
El equilibrio se da en una matriz con un fuerte componente de base dado por hidroelectricas de paso (Yaciretá, Salto Grande) y nucleares, con una buena oferta de pico hidroelectrica, solar y térmica, con eolica reemplazando a la térmica o hidroelectrica de pico (las del Limay) cuando está disponible