Las audiencias para debatir los proyectos que habilitan la interrupción del embarazo retomaron este martes en Diputados, con desafiantes exposiciones de los que están en contra, muchos cercanos a la iglesia; y crudos relatos en primera persona de abortos clandestinos desde el otro bando.
El más duro fue el de la actriz Muriel Santa Ana, que contó su paso por el quirófano para interrumpir un embarazo cuando tenÃa 23 años, acompañada por su madre y su hermana y en una gestión con un "importante jefe de obstetricia de un hospital".
"Usaba un diafragma como método anticonceptivo; si aún hoy los hombres no usan preservativo por pérdida de placer, en esa época era mucho peor. Yo no deseaba ser madre forzadamente", recordó.
"Se trata de aborto clandestino o aborto legal, el aborto existe y existirá, si este proyecto fracasa llevarán en sus espaldas las muertes producto del aborto clandestino", leyó la actriz, por la tarde, momento reservado para los que apoyan la ley, a la inversa que la semana pasada.
Desde el jueves habrá opositores alternados en sus posiciones: empezarán los médicos y cientÃficos y seguirán por diferentes especialidades.
La coordinación está a cargo del macrista Daniel Lipoveztky, que al inicio de la sesión aclaró que por tratarse de sesiones informativas no es necesaria la presencia de los diputados. El jueves mucho dejaron sus sillas vacÃas.
Las calles estas vez no tuvieron el clásico de la semana pasada, porque sólo los que apoyan la ley llevaron su militancia sobre la calle Rivadavia. Riobamba, territorio de las banderas "por la vida", estuvo despoblada.
Los aplausos más fuertes de la jornada los ganó el filósofo DarÃo Sztajnszrajber, que empezó con citas varias y concluyó terminante: "El debate por el origen de la vida no vale la pena. El aborto es una cuestión polÃtica, entonces hablemos de polÃtica. Cada mujer que se desangra, exige que el Estado intervenga, polÃtica no metafÃsicamente. Una mujer que no decide sobre su propio cuerpo es una ciudadana de segunda".
Era el momento de los relatos conmovedores, como el de la ex senadora MarÃa Eugenia Estenssoro, que se practicó un aborto a los 21 años, cuando supo que estaba embarazada de una pareja que vivÃa en Estados Unidos y no querÃa retornar. "No podÃa hacerme cargo ni de mi vida. La verdad hasta hoy no sé si el aborto lo hice con un médico", confesó.
Sabrina Cartabia, abogada de la Red de Mujeres, contó entre llantos que su abuela murió por abortos clandestinos en Chaco. "Es que los varones abortan cuando quieran, abandonan su responsabilidad parental y nadie los penaliza por eso".
Hubo más caras conocidas como la periodista Débora Plager, que sorprendió al pedir consensuar un proyecto intermedio; y su colega Julia Mengolini, recordada por protagonizar la televisión kirchnerista.
"Puedo asumir que es una cuestión de fe, pero en Argentina la fe no se nos puede imponer, vivimos en un Estado laico", se quejó la ex panelista.
Una de las fotos del dÃa la reagló Raquel Vivanco, coordinadora Nacional del Movimiento de Mujeres de la Matria Latinoamericana: mostró una bombacha para contestarle a la elocuente Lorena Fernández, referente de la Villa 31, que el jueves calificó a las mujeres que abortan de "trolas" que piensan con la bombacha.
"Usan a una mujer humilde para insultarnos. Se dijo que las que abortábamos somos borrachas, trolas, que pensamos con la bombacha y no con la cabeza. ¿Ese es el nivel de discusión de quienes están en contra del aborto?", se preguntó.
Asà como la semana pasada aparecieron las "católicas por el derecho a decidir", este martes apoyó el aborto Gabriela Soledad Guerreros, pastora de la Iglesia Dimensión de fe, conocida como Pentecostés.
"Jesús promovÃa la libertad de conciencia. Estamos convencidas que el motor del cambio es el amor. Aborto legal, seguro y gratuito. Amen", rezó. En la ronda de preguntas se salió del Evangelio: "Somos como el peronismo: hay de izquierda y de derecha".
Por la mañana, los anti abortistas, profesionales y muchos vinculados a la iglesia, volvieron a defender la tesis de que abortar es asesinar a una persona indefensa. Pero no estaban inspirados con eufemismos. "Quienes voten favorablemente ensuciarán sus manos con sangre de inocentes", denunció Rodolfo Keller, médico pediatra y neonatólogo.
En la ronda de preguntas cuestionó el artÃculo 86 del Código Penal, que desde 1921 permite el aborto para casos de violación, riesgo de vida o deficiencia mental.
"Si no está permitida la pena de muerte para el violador ¿Por qué vamos a matar a un bebé?", desafió y ocasionó los gritos de las diputadas que promueven a ley, como la macrista Silvia Lospennato.
Hubo muchas frases morbosas como la de Mariano D'Onofrio, coordinador del Departamento de Alumnos de la UCA. "Jamás nuestro paÃs alcanzará una paz plena y duradera habiendo manchado con la sangre de los más débiles", se despachó.
Y como novedad, empezaron a escucharse denuncias sobre laboratorios interesados en comercializar fármacos abortivos.
"Legal o no ilegal, el aborto mata igual. En España, el 88 % de abortos se hacen en lugares privadas, un gran negocio que se lo cobran al Estado", describió Raúl Magnasco, de la Fundación Más Vida.
"¿Está nuestro sistema de salud preparado destinar camas para las mujeres que decidan abortar? Esto abre la puerta a la privatización del ´negocio´. Las secuelas post aborto no es algo teórico, sino palpable. Les pido que legislen a favor de las dos vidas", exigió Mariano Ghilardi, del Centro de ayuda para la mujer La merced. El jueves llegará el cuarto capÃtulo del debate, que sigue hasta fines de mayo.
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- 118/04/1813:47Hago la misma pregunta que En El resto de las audiencias. Qué carajo hacen actrices y periodistas opinando acá? Tienen que hablar solo técnicos y legisladores. Este país es un chiste.