Eduardo Menem, que fue senador 22 años, volvió al Congreso para rechazar los proyectos que legalizan el aborto y sorprendió al pedir un reconocimiento a las mujeres que no interrumpen su embarazo aunque puedan morir en el quirófano.
"Saben que está en peligro su vida, pero defienden al hijo que llevan adentro y lo tienen igual", elogió el hermano del ex presidente, uno de los primeros en hablar por la tarde junto a los detractores de cualquier ley abortiva.
No fue una frase inocente: hace casi un siglo que el Código Penal permite interrumpir un embarazo si la madre tiene riesgo de muerte en el parto, pero en muchos hospitales los médicos se niegan a aplicar la cirugÃa.
Al igual que en la audiencia inaugural del martes, en la mañana expusieron invitados que respaldan el aborto, pero ante una escasa presencia de diputados y con la sala C del Anexo casi vacÃa de a ratos. Los asesores no pueden entrar.
Menem fue invitado por su experiencia como convencional constituyente en 1994, cuyo contenido fue debatido el martes por los constitucionalistas Andrés Gil DomÃnguez (a favor del aboto) y Rodolfo Barra (en contra).
El ex senador, de 79 años, que dijo estar "honrado" por exponer, interpretó que el inciso 23 del artÃculo 75, al reconocer los derechos del niño, adhiere a la Convención que los define como "toda persona menor a 18 años de edad".
"HabrÃa que desarmar toda la estructura jurÃdica para avanzar con esta ley", advirtió, con citas al Código Civil, sus hijos, sus nietos y las embarazadas que se juegan la vida por parir.
La ronda de no abortistas habÃa comenzado con Camila Duró, vicedirectora de formación de Frente Joven. RÃgida, con citas a malas experiencias de Rusia y Polonia, sostuvo que el misoprostol, el fármaco abortivo más conocido, es perjudicial a la salud y hasta provocó la muerte de "Keyla", una chica de Esquel.
"Es un medicamento que produce hemorragias no puede ser un cuento de hadas. El aborto es un fracaso en materia social, la solución es el acceso a servicios básicos", afirmó.
Quedará en el recuerdo Lorena Fernández, referente social del villa 31, que sacudió a los pocos legisladores presentes con lo que ella definió como "lenguaje de villa".
Oriunda de RÃo Gallegos, madre de cuatro hijos, dijo que nunca superó un aborto que se aplicó a los 13 años por pedido de su padre, se negó a hacerse otro unos años después y se declaró anti abortista con frases de antologÃa.
"Si tuviste relaciones porque saliste anoche, te fuiste de joda y fue el primero que te bajó el calzón, tomate una pastillita de del dÃa después", sugirió.
"Las chicas de 13, 14 años piensan con la bombacha. Los tipos le bajan los calzones, le dejan un hijo y los padres las echan de la casa con el hijo en brazos".
"¡Son unas trolas las que abortan porque se fueron a garchar, se chuparon todo, fueron esponjas y no pensaron en el hijo que venÃa por un momento de calentura".
"Si legalizan el aborto están legalizando un anticonceptivo más. Tengo una sobrina y amigas que después no pudieron ser mamá. Es una cagada que una mujer vaya a ponerla y aborte", opinó la referente social de la Villa 31.
Su vehemencia provocó gritos del fondo de la sala, donde sólo puede haber periodistas pero estaban mujeres con pañuelo verde, sÃmbolo de la campaña a favor del aborto. Cunado algunas diputadas les pidieron identidad, se definieron como "trabajadoras de prensa".
La elocuencia de Fernández también ocasionó el suspiro de las diputadas que integran la campaña, un grupo dominado esta tarde por Silvia Lospennato y Brenda Austin (Cambiemos), Victoria Donda (Libres del Sur), Mayra Mendoza (FpV-PJ), Romina del Pla y Nathalia González Seigra (Izquirda).
González Seigra pidió contestar pero la frenó Daniel Lipovetzky, el macrista a cargo de coordinar las audiencias. Aclaró que la oradora no habÃa mencionada a ninguna diputada y por lo tanto nadie debÃa ofenderse en los personales.
El rabino Fishel Szlajen bajó el tono casi a cero con su liturgia. "En un solo caso la Biblia permite abortar: en caso de que el embarazo ponga en peligro la vida de la madre. El aborto no es un problema sanitario, sino humano, como sÃntoma más crudo de la ética de la mismidad".
Y la cardióloga Eda LÃa Abad Monetti se introdujo en un tema sensible. "No puedo entender que una matrÃcula médica implique una licencia para matar. La mayorÃa de mis colegas son objetores de conciencia. La vida merece respeto", desafió y puso sobre la mesa un dilema que ya abrió una grieta en Cambiemos.
"¿Qué harÃa si tiene que aplicar un aborto legal?", fue la pregunta ineludible de las promotoras de la ley. "Soy cardióloga, no autorizo el aborto. El deseo no es determinante de la existencia de derechos", se escapó.
Lenin de Janon Quevedo, médico de Terapia Intensiva del Hospital Santojanni, volvió a rebatir la cifra de 500.000 abortos anuales, que por la mañana la habÃa ratificado el ginecólogo Mario Sebastiani, uno de los más efusivos defensores de la interrupción del embarazo.
Sebastiani, que negó varias veces que un embrión requiera iguales derechos que una mujer, explicó que el número de abortos se calculan de multiplicar los registrados por 10, porque no hay estadÃsticas. "Me gustarÃa vivir en un paÃs donde no tenga que hacer esas cuentas", desafió en la ronda de preguntas.
Las diputadas anti abortistas (Cornelia Schmidt Liermann, Ibana Bianchi y la lilita Alicia Terada, entre otras) le exigieron rectificarse por haber dicho que interrumpir el embarazo era menos peligros que parir, pero no lo lograron. "Pido disculpas por la ternura que generan los bebés, pero un parto es riesgoso. Un aborto farmacológico, no", reafirmó.
Los aplausos se los ganó la escritora Claudia Piñeiro, que el martes presentará un documento a favor del aborto con la firma de 300 colegas.Con citas a una novela John Irving, agradeció a Macri abrir el debate pero le pidió no pecar de ingenuo.
"Cuando dice que está a favor de la vida hace una operación del lenguaje para separar. No permitamos que nos roben la palabra vida. Nosotros también estamos a favor de la vida", enunció y se ganó los aplausos como pocos oradores en estos dÃas. Victoria Donda corrió a abrazarla.
MarÃa Rachid, referente de la comunidad homosexual, le pidió a los legisladores no dejarse intimidar. "Tienen que decidir de qué lado de la historia van a quedar para el futuro", desafió, con su experiencia de haber conseguido la ley de matrimonio igualitario.
La periodista Mariana Carabajal propuso legalizar en vez de despenalizar. "Sin aborto legal no hay ´Ni una menos´. Lo que está en juego son nuestras vidas, las de las mujeres. Criminalizar no las persuade de no abortar, lo único que logra es poner en riesgo su vida y su salud".
Natalia Gherardi, del Equipo Latinoamericano de Justicia y Géner, negó la existencia de sÃndrome post aborto, repetido por las detractoras del aborto como una de las causantes a evitar.
Y el abogado Roberto Gargarella, que habÃa amenazado con una consulta popular, no se sintió en aprietos cuando le preguntaron cómo proceder ante el choque del derecho del embrión y el de una mujer. "Pasa todo el tiempo y se opta por el más importante", respondió, con citas a fallos sobre la libertad de prensa.
Como si fuera su colega, el filósofo Alejandro Katz se explayó más sobre una pregunta similar. "Hace casi 100 que cuando hay riesgo de vida o hay violación el aborto no es punible. En ese caso se reconoce un derecho mayor a la mujer que al embrión", recordó.
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- 213/04/1806:40Si habrán hecho abortar todos estos patrones de estancia a sus siervas!!! Y si no las mismas paren hijos guachos que pasan a ser mano de obra barata para todos estos cínicos!!!
- 112/04/1822:37Es momento que lo viejo deje de resistir y permita a este pais evolucionar