Los comentarios racistas en los que Donald Trump presuntamente llamó "hoyos de mierda" a paÃses africanos y latinoamericanos durante una reunión a puerta cerrada con legisladores la semana pasada siguen revolviendo las aguas en Washington.
Durante el fin de semana -que en Estados Unidos fue festivo por la conmemoración del natalicio de, irónicamente, Martin Luther King-el presidente estuvo jugando golf en su propiedad de Florida, algo que ya le costó comparaciones con presidentes anteriores que usaban el dÃa para hacer trabajo voluntario en honor a la memoria del luchador social.
En algún momento un reportero le preguntó al presidente qué le dirÃa a las personas que lo llaman racista: "No, no, no soy un racista", respondió Trump. "Soy la persona menos racista que has entrevistado en tu vida, eso puedo decirte".
Mientras tanto en Washington los aliados republicanos del presidente, dos de ellos presentes en la reunión, rechazaron que Trump haya hecho los comentarios. El senador republicano David Perdue, uno de los más duros en temas migratorios, aseguró en entrevista televisiva que se trataba de una "grotesca tergiversación", de lo que dijo el mandatario, y acusó al senador demócrata Richard Durbin de perjudicar las negociaciones para proteger a los dreamers. "No es la primera vez que el senador Durbin hace esto", dijo. Los demócratas condenaron a Perdue por cuestionar la honorabilidad de un colega del Senado y reiteraron que los comentarios de Trump habÃan sido inexcusablemente racistas.
Probablemente DACA está muerto porque los demócratas no lo quieren en serio, sólo quieren hablar y tomar dinero que nuestro Ejército necesita desesperadamente.
Por su parte, la secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen, quien también asistió a la reunión en la Oficina Oval, dijo que no recordaba al presidente diciendo exactamente eso aunque reconoció que Trump acostumbra usar "lenguaje fuerte".
Este viernes es la fecha lÃmite para que demócratas y republicanos alcancen un consenso respecto a la ley de presupuesto 2018 o el gobierno federal entre en estado de suspensión. Los demócratas han dicho que no aprobarán nada hasta que se legisle para proteger a los dreamers, mientras que la posición de Trump es que no habrá protección hasta que los demócratas autoricen miles de millones de dólares para extender la cerca que separa Estados Unidos de nuestro paÃs.
Otros legisladores republicanos fueron menos protectores con el presidente. El senador Lindsey Graham, quien al inicio de la administración fue muy crÃtico de Trump y de unos meses para acá se ha mostrado muy cercano al presidente, confirmó la versión del demócrata Durbin y no se alineó con el mensaje partidista. La asambleÃsta republicana Mia Love, cuyos padres inmigraron de HaitÃ, dijo que no podÃa "defender lo indefensible".
Durante la controversial reunión Trump rechazó un acuerdo tentativo al que habÃan llegado Graham, Durbin y otros senadores, argumentando que no cumplÃa con las demandas para incrementar la seguridad en la frontera.
Lo cierto es que si el gobierno cae en suspensión la culpa estarÃa en las manos de los republicanos, quienes controlan ambas cámaras en el Congreso y ni siquiera necesitarÃan de los votos demócratas para aprobar el presupuesto. El problema es que el ala más radical del partido, la sub bancada del Tea Party en la Asamblea, lleva años votando en contra de presupuestos que financien programas sociales, de ahà que los republicanos necesiten del apoyo de los demócratas para evitar una suspensión del gobierno.
Ante esta situación Trump está intentando desviar la responsabilidad de una eventual crisis presupuestaria y dejarla en manos de los demócratas. "Honestamente, no creo que los demócratas quieran hacer un trato", declaró. "Creo que hablan de DACA -dijo, refiriéndose al programa creado por Barack Obama para proteger a los dreamers de ser deportados y que Trump eliminó en septiembre pasado-pero no quieren ayudar a la gente de DACA".
Trump aseguró que los legisladores demócratas, liderados por el senador Chuck Schumer y la asambleÃsta Nancy Pelosi, "No quieren seguridad en la frontera. Nosotros estamos listo, dispuestos y capaces para hacer un trato, pero ellos no quieren.
"No quieren seguridad en la frontera, no quieren detener las drogas. Y quieren quitarle dinero a nuestro ejército, algo que no aceptaremos".
El presidente insiste en que si el gobierno cae en suspensión el ejército se verÃa afectado. No queda claro a qué se refiere Trump pues la suspensión de pagos del gobierno federal no afecta áreas referentes a la seguridad nacional o que pongan en riesgo la operación del gobierno.
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- 116/01/1806:56Falta que estos empiecen con el mismo argumento que aqui: Es una mentira de la prensa!!!