Cambiemos firmó un dictamen a favor de la reforma jubilatoria en un caótico plenario de comisiones, que tuvo escenas de violencia entre jubilados y manifestantes con personal de seguridad de la Cámara de Diputados.
Gran parte de la oposición se unió en rechazo y obligó al Gobierno a consolidar aliados para llegar a una mayoría ajustada, que deberá revalidar en el recinto. La sesión estaba prevista para el miércoles 20 pero el Gobierno no descarta anticiparla para este jueves, apurado en despachar la ley más conflictiva de estos dos años.
En el dictamen mostró algunos opositores dispuestos a acompañar, pero todavía no hay garantías de llegar a 129 votos cómodamente. El apoyo a la reforma jubilatoria obtuvo 40 firmas sobre 80 integrantes de ambas comisiones, entre ellos la de la santiagueña Norma Abdala de Matarazzo (Frente Cívico) y cinco miembros del interbloque "Argentina Federal": el tucumano José "Mellizo" Orellana, el misionero Jorge Franco, los cordobeses Paulo Cassinerio y Martín Llaryora y el chaqueño Juan Mosqueda.
El escándalo de esta tarde no ayuda a buscar más colaboración. Es que el plenario se llevó a cabo entre gritos e insultos de grupos de ancianos y jóvenes, que llegaron temprano y escoltados por diputados kirchneristas como Axel Kicillof, Hugo Yasky y Carlos Castegnetto, cuyo secretario full time es Daniel Reposo, el ex jefe de la Sigen durante el kirchnerismo recordado por estar a punto de ser procurador general. El Senado se lo impidió hoy se lo vio guiando ancianos por las escaleras.
Llevaban pancartas, banderas y presionaron hasta ingresar a la sala 3 del anexo C: forcejaron con la seguridad en la planta baja del palacio, lograron subir la escalera y empujar contra la puerta del salón y varios pudieron entrar.
Los acompañaban sindicalistas de la corriente federal, cercanos al kirchnerismo, como Sergio Palazzo (Bancarios), Leonardo Fabre (trabajadores de Anses) y los docentes Roberto Baradel (Suteba) y Sonia Alesso (Ctera).
El momento de mayor tensión se vivió a poco de iniciar la exposición de Jorge Triaca, cuando manifestantes, algunos ancianos y otros no tanto, que venían insultando desde el fondo de la sala, avanzaron contra los custodios con intención de encarar hacia el ministro de Trabajo.
Los forcejeos derivaron en intercambio de golpes, que cesaron recién cuando Agustín Rossi se paró en la mesa y se arrojó contra los muchedumbre al grito de "¡Paren!".
Imperturbable, Eduardo Amadeo, flamante presidente de la Comisión de previsión social, pidió un cuarto intermedio para debatir cómo seguir y en medio del griterío se vio a Emilio Monzó reprochándole a Rossi la virulencia de los invitados.
Los diputados volvieron a sus asientos y Amadeo anunció un acuerdo de paz: habría lugar para cinco oradores entre los manifestantes, antes de escuchar a los ministros.
Pasaron por el micrófono Palazzo ("¡Le están bajando la jubilación a la gente que gana 7000 pesos, la mitad que lo necesario para cubrir necesidades básicas!"), Febre ("Anses funcionaba y tenía un Fondo millonario. Ustedes le sacaron impuestos al tabaco y a la minería") y Alesso ("Están pidiendo una ley anticonstitucional. Representen al pueblo").
Tensión permanente
Los ministros volvieron a hablar pero los tapaban los improperios, que no paraban. Triaca exhibió en powert point con la caída de aportantes al sistema previsional. "Estamos hablando de la sustentabilidad, no sólo mirando esta generación, sino la futuras".
"¡Estamos protegiendo a los jubilados de la mentira de los índices!", se animó a gritar Dujovne. E insistió en que la fórmula para actualizar jubilaciones las hará crecer 5% respecto a la inflación en 2018, argumento que sirvió para convencer a Elisa Carrió.
"No se puede comparar la fórmula anterior con esta, porque kirchnerismo inventaba los índices de inflación", agregó el ministro, poco antes de irse.
Los diputados kirchneristas se mantenían quietos y sin hablar, expectantes de los insultos a diputados y ministros, que no cesaban ni un minuto y algunos eran acompañados de precisiones sorprendentes.
No tardaron en identificar al tucumano José Cano por su paso en el plan Belgrano, abundaban consignas contra "los paraísos fiscales" o empresarios ligados a Macri como Nicolás Caputo y Ángel Calcaterra. A Amadeo lo acusaron por megáfono de haber "robado" en su paso por el Banco Provincia, hace casi dos décadas.
Un encendido discurso de Nicolás Massot estuvo a punto de tirar todo por la borda. "¡Esto no es el palco de Plaza de Mayo, es el Congreso de la Nación"; "¡Ustedes prendieron fuego la casa y hoy se quejan del olor a humo! ¡Las jubilaciones se han pagado con una máquina de hacer billetes o con la toma de deuda permanente", fueron algunas de sus provocaciones.
"¡Háganse cargo, (José Luis) Gioja, usted es presidente del PJ! ¡No miren para otro lado! Sean corajudos, tengan huevos para debatir! Ahora nos van a escuchar a nosotros! ¿Ustedes piden por la guita? ¡Vamos a pedir la guita, vamos a pedirla a Marcos Paz y a Ezeiza! ¡Soy el primero en ir con ustedes! ¡Háganse cargo!", gritaba sin parar.
El neuquino José Ciampini lo fue increpar, Massot se paró dispuesto a enfrentarlo. "¡Andá a sentarte!", le gritó, cara a cara. "¿Quieren guita? Vamos a Marcos Paz y a Ezeiza a buscar guita", propuso, en alusión a los ex funcionarios kirchneristas presos.
"Es joven y todavía no sabe bien lo que es la vida. Yo estoy orgulloso de ser argentina y peronista", lo ninguneó Gioja y protestó porque Amadeo estaba pasando un dictamen para firmar a favor de la reforma.
Más tarde, el kirchnerista Rodolfo Tahilade le respondió a Massot con un golpe bajo. "Haces honor a tu apellido. Te invito a Marcos Paz. Yo voy a visitar a los presos políticos que tiene tu Gobierno cipayo. Y vos vas a ir a las celdas de los amigos de tu familia, que están ahí por haber matado, desaparecido y secuestrado 30 mil compañeros". Se refería al periodista Vicente Massot, tío del diputado, acusado de colaborar con la última dictadura.
El dictamen ya circulaba entre las bancas. "Tengo experiencia parlamentaria. Y acá se están pasando dictámenes a la firma", protestó luego Victoria Donda. "No sé por qué no puedo hacerlo", se defendió Amadeo.
Donda, Cristina Álvarez Rodríguez (FpV-PJ), Mirta Tundis (Frente Renovador), empezaron a buscar firmas para un dictamen de minoría.
Intenso, Leopoldo Moreau le pidió a Massot "no meterse con el pasado" y recordó que votó en contra de los ajustes del gobierno de De la Rúa, cuando era oficialista. "Ya estaba Sturzenegger; la única diferencia era que tenemos a Dujovne y no a Cavallo", se burló.
Dujovne no estaba, pero sí su secretario de política económica, Sebastián Galiani. "En 1985 había 10% de pobreza. ¿No habremos hecho algo mal?", sugirió, visiblemente nervioso.
Amadeo informó que los manifestantes habían agredido a Pablo Tonelli, recordado por decir que los jubilados perderían plata y no poder adquisitivo. Le habían saltado arriba de su auto, hasta destruirlo. "Nuestro bloque repudia la agresión y pide investigar qué paso", respondió Yasky. Nadie confiaba en nadie.
Los cruces siguieron con insultos entre Daniel Lipovetzky (PRO) y Horacio Pietragalla (FpV-PJ), molesto porque su colega recordó que sufrió los grupos de tareas en su casa de La Plata mientras el matrimonio Kirchner disfrutaba de negocios inmobiliarios en Santa Cruz.
El macrista Luciano Laspina aportó cifras con su parsimonia habitual, pero casi pierde la calma cuando las señoras lo agredían sin parar. No habían parado en todo el día.
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NECESITAN PLATA? VUELVAN A PONER RETENCIONES AL CAMPO A LAS MINERAS Y BAJEN SUS SUELDOS.
TRAIGAN LA GUITA QUE TIENEN EN LOS PARAISOS FISCALES...
SOY UN VOTANTE ARREPENTIDO, UN PELOTUDO QUE SE CREYÓ EL VERSO DE MACRI Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN. NUNCA MÁS UN VOTO A ESTOS ATORRANTES