El Gobierno definirá este lunes si aceptan los cambios en la reforma jubilatoria que exigen tanto los diputados "dialoguistas" de la oposición como la propia Elisa Carrió para evitar que el cambio en la nueva fórmula de cálculo de haberes sea declarada inconstitucional.

Para tomar la decisión esta mañana se desarrollaba una cumbre en la Casa Rosada encabezada por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien recibía al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne; al titular de la Anses, Emilio Basavilbaso; y al jefe del interbloque de Cambiemos en la Cámara de Diputados, Mario Negri. También participan varios diputados de los tres espacios de Cambiemos.

En el oficialismo están confiado en que con el apoyo del flamante interbloque "Argentina Federal", que responde a los gobernadores peronistas, podrán aprobar sin problemas la reforma previsional y el pacto fiscal, aunque serias dudas respecto a la discusión en particular, sobre todo en lo referido a la nueva fórmula.

La reforma, que ya cuenta con media sanción del Senado, empezará a ser debatida este lunes a nivel de comisiones en la Cámara de Diputados, y en el Gobierno quieren que sea aprobada este miércoles, para poder avanzar con el resto de los proyectos que Mauricio Macri incluyó en extraordinarias.

Como explicó LPO, en Cambiemos hay temor ante la posibilidad de que Carrió vote en contra de la reforma, algo que la propia líder de la Coalición Cívica descartó para el tratamiento en general pero puso en duda respecto de la discusión en particular. La objeción de la CC sobre la que dará el debate es acerca el momento en que comenzará a regir la nueva formula de cálculo de las jubilaciones.

El fin de semana, Carrió propuso incluir alguna cláusula para para asegurar "un adicional del 4 por ciento" por encima de lo que resulte del nuevo cálculo, como condición para que la CC respalde el proyecto.

En el Gobierno no quieren saber nada con demorar la reforma y que deba volver al Senado si sufre modificaciones, como admitió el jefe del interbloque de senadores de Cambiemos, Luis Naidenoff. "La reforma previsional va a salir como la votó el Senado", declaró el fin de semana.

Sin embargo, las dudas de Carrió alimentaron las fuertes diferencias que hay al interior del bloque de los gobernadores peronistas, donde no quieren pagar el costo político de votar una reforma que le quita poder adquisitivo a los jubilados. Pero son los propios mandatarios los que presionan para que salga sin cambios ya que porque de allí cuelgan los acuerdos con el gobierno nacional en materia de recursos.

Es por eso que este lunes el jefe del interbloque peronista, el salteño Pablo Kosiner, salió a reclamarle a Cambiemos que defienda en público la reforma, que admitió que "no tendría la más mínima posibilidad de avanzar si no estuviera enmarcada en el consenso fiscal entre los gobernadores y el Poder Ejecutivo"

"Nosotros veníamos planteando desde el Senado las dificultades de este proyecto, dificultades que tienen que ver con aspectos que serían inconstitucionales. De hecho, ahora lo plantea Carrió, y yo veo que en el oficialismo no hay muchas voces que estén defendiendo con convicción. Es más: son cada vez más quienes sugieren que este proyecto debería ser modificado. Cuando el oficialismo defina su posición, entonces nosotros veremos cómo vamos a actuar. El oficialismo quiere trasladarle a la oposición la responsabilidad de aprobar la ley, pero primero deben resolver sus propios problemas internos", planteó en una entrevista con La Nación.

La alternativa que deslizan desde el oficialismo es modificar el conflictivo punto de la retroactividad de la nueva fórmula a través de la reglamentación de la reforma por parte del Poder Ejecutivo, aunque nadie en la oposición confía demasiado en esta alternativa.