La reforma tributaria que diseñó el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, sigue modificándose sobre la marcha. Ahora fuentes del Gobierno confirmaron a LPO que la suba del impuesto que paga la cerveza que iba del 8% al 17%, también se dejará sin efecto.
La modificación del anunciado tributo acompaña la decisión confirmada este jueves de dejar sin efecto la imposición de un tributo del 10% al vino, luego de una fuerte presión de los gobernadores de las siete provincias productoras de esa bebida, que terminó de cerrar hoy el mendocino Alfredo Cornejo en un encuentro mano a mano con el presidente Macri.
La decisión de desactivar el aumento del impuesto a la cerveza es lógica ya que mantenerlo agravaba aún más las distorsiones del sistema impositivo actual y volvÃa ridÃculo el argumento oficial que justificó el impuestazo en la búsqueda de cumplir con criterios de la OCDE y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La OMS sostiene una regla sencilla, a mayor graduación alcohólica mayor carga tributaria. La graduación del vino, en promedio triplica la de la cerveza, de manera que mantener la eliminación del primero y duplicar el segundo era un disparate. Por eso, los cerveceros han sido indirectos beneficiarios -si se confirma el anticipo- del efectivo lobby de los gobernadores.
En el Gobierno agregaron a LPO que sà se mantendrá el aumento de impuestos a bebidas azucaradas, una decisión personal de Macri que está muy preocupado por los altos Ãndices de obesidad infantil. Y también se mantendrÃa el aumento del 20% al 30% para las bebidas espirituosas de alta graduación alcohólica.
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- 209/11/1722:55no es un disparate gravar la cerveza si se tiene en cuenta su impacto económico en la Argentina comparado con el vino. Este debería ser el criterio para imponer impuestos y no algún argumento pseudo progre. Digo, ningún gobernador va a rasgarse las vestiduras por la cerveza.
- 109/11/1717:08Para completarla, el presidente Macri debería despedir definitivamente al incompetente Dujovne y a varios ministros más del área económica, unificar esta área y poner a su cargo a un profesional experimentado, muy idóneo y con alta credibilidad (aclaro que no hablo de Lavagna, que no reúne dos de estas tres condiciones). Y comenzar de nuevo, esta vez con un plan económico coherente, bien pensado, y mejor comunicado, que busque la paulatina reducción del enorme gasto público y el gradual equilibrio fiscal.