Pese a que el jefe de Gabinete de Estados Unidos, John Kelly, pidió moderación en la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés), la primera jornada del encuentro en Washington se caracterizó por la tensión. Robert Lighthizer, representante estadounidense comenzó con los tapones de punta: el tratado "le ha fallado a millones de estadounidenses", aseguró.
Por eso puso como prioridad absoluta reducir el actual déficit comercial que guarda Estados Unidos con México y para eso insistió en revisar los esquemas salariales, ya que consideran que el bajo costo de la mano de obra es la razón de la migración de puestos de trabajo al sur de la frontera. Este es uno de los principales puntos de fricción. Algo similar a lo que ocurre con el CapÃtulo 19 sobre arbitraje y la intención de Estados Unidos de debatir reglas de origen.
A la delegación estadounidense no cayó bien la foto de ayer martes entre el secretario de EconomÃa mexicano, Ildefonso Guajardo, con la ministra canadiense Christya Freeland, asà que la tensión no fue solo hacia el sur sino también con el equipo liderado por la funcionaria de Justin Trudeau.
La definición más importante de Lighthizer fue que no irÃan a una actualización del Nafta como habÃa propuesto en un principio Guajardo: "No vamos por la renegociación de aspectos concretos, sino por un cambio de fondo, para lograr modificaciones trascendentes", aseguró el negociador estadounidense.
La interpretación entre los representantes del sector empresario mexicano fue casi unánime: será imposible lograr reformas de fondo antes del mes de enero.
Consultado por LPO, el titular del Consejo Coordinador Empresario, Juan Pablo Castañón, dijo que el discurso de Lighthizer era "todo lo rudo que se podÃa esperar" y que está a favor de debatir el déficit pero a partir de "una revisión exhaustiva de aspectos como cadenas de valor y transferencia tecnológica".
"El modelo de economÃa de mercado está en discusión y por eso será importante transmitirle a la delegación de Estados Unidos los grandes beneficios que ha recibido el empresariado de Estados Unidos con el tratado", agregó.
Diferentes figuras del gobierno de Donald Trump se han pronunciado en favor de que México eleve los salarios para que de ese modo los empleos se queden en Estados Unidos. La delegación mexicana ha deslizado que en caso de que Lighthizer insista en exceso con ese discurso, la réplica será pedir una reforma migratoria que habilite el libre tránsito de los trabajadores.
De esta forma, no solo no se reducirÃa el comercio sino que se avanzarÃa de un área de libre comercio a una unión aduanera, un paso más en la integración económica. El ejemplo es la Unión Europea, allÃ, a diferencia de lo que sucede en Norteamérica, los paÃses no presentaban grandes brechas salariales.
Guajardo jugarÃa de este modo una carta fuerte porque instalarÃa a la fuerza en la mesa de renegociación la cuestión migratoria. De ese modo, se llegarÃa a la negociación integral que pretende Enrique Peña Nieta. La seguridad fronteriza hace fuerte a México en las conversaciones que se iniciaron hoy en esta capital.
El primer indicio de la intención de Guajardo de jugar la carta del libre tránsito apareció el viernes parado cuando el secretario aseguró a empresarios en Monterrey que "Los salarios son un reflejo de la condición de mercados y una de las cosas más importantes que deberemos velar es que a través de este Tratado, en materia de lo que comerciamos internacionalmente, se respeten los derechos laborales".
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