El gobierno porteño trabaja en la implementación de un modelo para alquilar casas particulares para las sin techo llamado Housing First. "No son viviendas estatales, sino que las personas en situación de calle firmarían contrato directamente con el dueño. Es la única manera de que exista empoderamiento", explicaron desde el Ejecutivo a LPO.
Si bien el proyecto está en estudio y aún no hay plazos estipulados, la iniciativa podría reconfigurar el mapa de personas sin techo en la Ciudad. El modelo fue creado por el psicólogo Sam Tsemberis y comenzó a funcionar en Nueva York y Los Ángeles y tiene como finalidad la reinserción social de las personas en situación de calle.
La corriente plantea que "la primera necesidad a resolver" es el techo. "La casa te ordena", señalaron desde el Ejecutivo. En el Ministerio Desarrollo Social que conduce Guadalupe Tagliaferri están en plena reorganización de las Unidades de Contención Temprana para lograr un seguimiento más personalizado de las personas en situación de calle.
Desde el gobierno aclararon que es necesario el compromiso absoluto de las personas para entrar al programa, en el que la Ciudad actuará como garante del alquiler entre los dueños y los inquilinos. Si la persona no tiene ningún tipo de ingreso, el Estado puede proveérselo, "siempre y cuando realice un programa laboral como ellas Hacen o Argentina Trabaja".
En el caso de que se trate de una familia, uno de los requisitos será que los niños asistan a la escuela. El 20 julio pasado Desarrollo Social recibió la propuesta de Tsemberis. En el gobierno creen que la única manera de integrar a las familias en situación de calle es que convivan con toda la población "en lugar de estar en un ghetto".
Según el último censo realizado por la Ciudad, hay 1066 personas sin hogar, un 20% más que el año pasado. Sin embargo el Censo Popular que realizaron distintas organizaciones aseguraron que esa cifra es cinco veces mayor. Desde el gobierno pusieron en duda la metodología con que se hizo y pusieron el acento en las tres jornadas que duró. "Es difícil saber si no contaron dos veces a las mismas personas. La gente se mueve", aseguraron.
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Hoy, en la ciudad del alcalde Joker, el problema habitacional no se debe buscar en las villas, que es adonde los lleva a buscar la miseria los prejuicios de la llamada clase dirigente, sino en los miles y miles de seres que viven hacinados en hoteles de mala muerte (en realidad, conventillos donde no pagás ahora y te vas mañana). Las villas pueden ser urbanizadas, loteadas, etc. Pero con la gente que vive en esos "hoteles", salvo que se los expropie, parece que no hay solución, y quizá ni siquiera debe haber estadísticas confiables. Y cuando ves una nueva familia viviendo bajo un puente, ponele la firma que la echaron de un hotel, no de la villa. Y ningún político habla de esto: ni Larreta, ni Filmus, ni Lousteau, y menos aún la chancha Carrió, que vive en una nube de pedos.