
MarÃa Eugenia Vidal decidió dar de baja dos licencias de casinos que pertenecen a un empresario de apellido Jaqueti . Se trata de dos salas: una funciona en el Hotel del Bosque de Pinamar y el otro en Valeria del Mar.
Según pudo saber LPO, el intendente de Pinamar, MartÃn Yeza, le contó la decisión de la Gobernadora a un grupo de empresarios hoteleros y gastronómicos. Allà estaban también el ministro de Turismo de la Nación, Gustavo Santos, y el presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Manuel Mosca.
"Contá con la ayuda tanto nuestra como de la provincia para avanzar con una nueva licitación", le dijo el ministro al intendente.
HabÃa un motivo importante para dar la noticia delante de los empresarios. En la reunión se discutÃa la necesidad de un centro de convenciones para Pinamar. Yeza les comunicó que el pedido que le transmitió a Vidal es que los nuevos pliegos de licitación incluyan como cargo la construcción de ese tipo de lugares.
Se trata de una movida poco usual. El mecanismo más habitual para retirar licencias es un largo proceso de multas y sanciones. Se desconocen los mecanismo que utilizará el gobierno. Por lo pronto, Yeza se ocupó de calmar la ansiedad de los empresarios.
Inicialmente desde el PRO señalaron a LPO que las salas pertenecÃan a Daniel Mautone, quien está por estas horas de vacaciones en TurquÃa. Este poderoso empresario del juego en los últimos dÃas habrÃa tenido algunos roces con el gobierno bonaerense. Según trascendió, en LoterÃa habrÃan detectado que el empresario ‘tocó' algunas tragamonedas para recuperar lo que pierde con los nuevos impuestos.
Como todo empresario con ambiciones de poder, Mautone trabaja sus vÃnculos polÃticos. Alguna vez tuvo buena relación con MartÃn Insaurralde, pero no terminaron en buen puerto. Hoy está muy cerca de Florencio Randazzo. En el pago chico del candidato a senador ambos compartirÃan intereses en el bingo Chivilcoy. Incluso, Héctor Capaccioli, cajero del empresario participó de la mesa chica que definió su candidatura.
Pero en rigor, Mautone no serÃa el propietario de los casinos de Pinamar, sino de una sala de bingo, en la que también tiene tragamonedas y que en principio no habÃa sido objetada.
La sorpresiva jugada del gobierno de Vidal está vinculada con la lucha contra las mafias que busca proyectar su gobierno.
Los casinos de Pinamar no son lo más preciado por los empresarios del juego. Pero en el negocio lo que importa es la licencia que según trascendió puede llegar a costar unos 20 millones de dólares. El motivo es que siempre es posible avanzar con una negociación que permita trasladar el casino a un lugar incluso más rentable.
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