Miguel Pichetto hace lo posible para desplazar a Cristina Kirchner como conductora del peronismo y una de sus últimas maniobras puede llegar a complicarla en Tribunales.

Por su destreza parlamentaria todavía no fueron aprobadas las cuentas de inversión del 2014, un trámite necesario para justificar cualquier gasto y que Cristina apuró sin éxito antes de abandonar la Casa Rosada.

Pichetto no firmó en noviembre el dictamen de mayoría a favor de la gestión financiera de aquel año, como sí hicieron los demás representantes del FpV-PJ en la bicameral mixta revisora de cuentas.

Y este año jamás pidió sumar el tema a una sesión, pese al pedido de la decena de kirchneristas de su bloque. Según supo LPO, en cada reunión de labor parlamentaria, donde los jefes de las bancas definen el temario de las sesiones, el rionegrino ni menciona el tema.

Acostumbrada a una cómoda mayoría parlamentaria, un mes antes de abandonar el poder Cristina Kirchner supo que su última cuenta de inversión aprobada era la de 2011 y pidió manos a la obra.

En las pocas sesiones que hubo hasta el 10 de diciembre logró respaldo en ambos recintos para sus gastos de los dos años siguientes pero no pudo con los de 2014.

Tan interesada estaba por esos días en controlar este trámite que acorraló a los gobernadores en la Casa Rosada para obligarlos a aceptar a su aún jefe de la AFIP Ricardo Echegaray como presidente de la Auditoría General de la Nación (AGN).

Al poco tiempo debió renunciar por presión del Gobierno y de los mandatarios peronistas que lo reemplazaron por Oscar Lamberto, quien no tardó en tener una sana convivencia con la Casa Rosada.

Justamente, la AGN es la encargada de revisar junto al Congreso los gastos ejecutados por los Gobiernos, pero deben tomarse al menos un año para cumplir los plazos legales.

Recién en noviembre de 2016 la bicameral trató la cuenta de inversión de 2014 y hubo un dictamen favorable de los legisladores del FpV-PJ y dos en rechazo: uno firmado por los de Cambiemos y el Frente Renovador y otro en soledad por el senador Juan Carlos Romero.

El primero lo subscribieron los senadores José Mayans, Marcelo Fuentes, Virginia García y los diputados Carlos Castagneto y Julio Solanas, todos del FpV-PJ. Pichetto no puso el gancho en ninguno y no parece muy interesado en someterlos al debate en el recinto.

"Pichetto es nuestro mejor aliado para evitar golpes bajos", sostuvo ante LPO uno de los referentes de Cambiemos en el Senado, que en la última sesión creía inevitable ver aprobadas las cuentas de Cristina y rechazado el decreto que eliminaba el reembolso en los puertos patagónicos. Nada de eso pasó.

Sin sus últimos números avalados por el Congreso, Cristina no podrá apoyarse en la Auditoría para desligarse de cualquier denuncia sobre el manejo de fondos en el tramo final de su gestión.

El último presidente que no tuvo avalados sus  gastos fue Carlos Menem en 1994, 1995 y 1996, aunque nunca quedó claro si se trató de un descuido o del comienzo de la interna peronista. Y fue tradición que el Parlamento rechazara las erogaciones de los gobiernos militares y dejara el terreno allanado para denuncias masivas.

Néstor Kirchner ignoró el Congreso durante su apogeo con la opinión pública, Cristina recién lo controló en el 2012 y de inmediato pidió aprobar las cuentas pendientes desde 2005. Antes de irse trató de acelerar el resto pero llegó a 2013. Y no puede avanzar.