Mauricio Macri pretende que el miércoles la Cámara de Diputados vuelva a tratar un repudio contra el presidente de Venezuela Nicolás Maduro, como el que ya hubo en el martes, pero con la única presencia del bloque Cambiemos.

Esa sesión fue convocada de urgencia el lunes por orden directa del presidente, interesado en posicionarse como líder regional del rechazo al gobierno de Venezuela. 

Y no habrá mejor manera de mostrarlo que con exhibiendo un respaldo masivo del Congreso un día antes de ser recibido por Donald Trump en Washington.

Para lograrla, el jefe del interbloque de Cambiemos Mario Negri, negocia volver a debatir el tema con una mayor convocatoria, hasta ahora en charlas informales con su par del Frente Renovador Graciela Camaño y Diego Bossio, del Bloque Justicialista.

Ambos bloques había repudiado la intervención del parlamento venezolano que hizo la Corte Suprema de ese país, dominada por Maduro, pero no quisieron ir a la sesión sobre el tema, molestos porque había garantía de tratar otros proyectos pendientes.

Esta tarde, cuando en Caracas ya se registran 12 muertes tras las protestas iniciadas el miércoles, Macri ratificó esa intención suscribiendo una declaración contra Maduro junto a los gobiernos de Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Paraguay, Perú y Uruguay.

"Reafirmamos que es urgente que las autoridades venezolanas adopten medidas para asegurar los derechos fundamentales y preservar la paz social", señaló el documento.

Y consideró "imperativo" que Venezuela "retome la senda de la institucionalidad democrática", "fije las fechas para el cumplimiento del cronograma electoral, libere a los presos políticos y garantice la separación de poderes constitucional".

Pero el presidente no logró hacerse entender en el Congreso, como le sugirieron sus colegas regionales. Uno habría sido el brasileño Michel Temer.

Aunque el motivo original de la sesión había sido la intervención del parlamento venezolano, Negri explicó en el recinto que se avecinaban horas de conflicto en Caracas y era necesario tomar posturas.

"Hoy era propicio que estemos acá sentados en esta sesión en minoría, porque para el día 19 están anunciadas dos marchas que pueden generar nuevamente un clima de violencia. Esperemos que no se repita el final trágico de la última vez, donde hubo seis muertos", auguró el jefe del inerbloque Cambiemos. A diferencia de Massa y Bossio, sabía lo que se venía.

Uno de los manifestantes en los protestas en Caracas.

El documento emitido por Cambiemos en esa sesión, "expresa preocupación por la alteración del orden democrático en la República Bolivariana de Venezuela", respalda el pronunciamiento de la OEA y exhorta Maduro a definir "un cronograma electoral que incluya veeduría internacional".

Negri invitó al resto de la oposición, ausente ese día: "Manifiesto a los colegas aquí presentes que buscaremos a todos, de todos los bloques, sin importar las diferencias que hayamos tenido o tengamos, para que más voces desde la Argentina se sumen a otras voces en la región para que no solo en Venezuela sino en toda Latinoamérica la democracia no sea un elemento a defender sino que quede definitivamente consagrada", cerró la sesión.

Y así lo haría el miércoles, cuando hay prevista una reunión con una veintena de temas pendientes, que muchos ya denominan "sesión social", pero que podría empezar con un debate sobre Venezuela.

El único bloque grande que no repudió a Maduro fue el Frente para la Victoria-PJ, que de todos modos no ignoró el conflicto y pidió hace varias semanas una urgente reunión de la comisión de relaciones internacionales, presidida por Elisa Carrió.

"No se reúne desde octubre. Y nosotros queremos llegar a una declaración conjunta que busque una salida negociada entre las partes. Además, pedir que Macri instruya a su canciller al cese de la hostilidad con Venezuela. Queremos un diálogo, como pidió el Papa", dijo a LPO el diputado del FpV-PJ Guillermo Carmona. Nada más lejos de lo que lo quiere Macri, antes de llegar al despacho de Trump.