La semana pasada, Luis Videgaray, el hombre fuerte del gobierno de México, tuvo un momento a solas con José Ángel Gurría, mandamás de la OCDE, mejor conocida como el "club de los países ricos".
Allí le contó, sin demasiada introducción, su última reunión con Jared Kushner, yerno de Donald Trump y desde el 20 de enero asesor top de la Casa Blanca. El encuentro fue en las afueras de Nueva York, cerca de los Hamptons, donde Kushner se distiende los fines de semana.
Luego de que Videgaray le avisó que sería canciller de México una de las recomendaciones del yerno presidencial sonó como una orden: México y sus funcionarios tienen que manejar con extremo cuidado cualquier vínculo personal o de negocios con el magnate George Soros, que en el equipo de transición de Trump ya es visualizado como un rival a neutralizar.
Soros criticó a Trump durante toda la campaña y enfatizó que un triunfo del constructor llevaría a EU al atraso en lo económico.
Genio de las finanzas, gurú solicitado en foros de todas las latitudes, según explico Kushner en ese encuentro a solas, el equipo Trump ya conoce que Soros es el respaldo del senador John Mc Cain que es el principal impulsor de limitar al máximo cualquier acercamiento con Rusia, país que el presidente electo ve como su aliado natural contra China. Soros estaría apoyando al senador de Arizona a través de la fundación Reform Institute.
No solo eso. Soros fue un gran aportante de la campaña de Hillary Clinton y apoya a Barack Obama en un plan de largo plazo para que este logre un protagonismo ineludible en el futuro del Partido Demócrata. Por cierto, ese futuro se llama Michelle Obama que tiene un rol estelar en Organizacing for Action, otra fundación pujante y que es respaldada por Soros.
La última estocada del magnate de las finanzas fueron las revelaciones de Buzz Feed sobre Trump y Putin en un supuesto escándalo sexual. Este medio tiene un fuerte apoyo de Soros y desde hace una semana está embarcado en una campaña a fondo para que el actual director del FBI James Comey sea removido del cargo por su rol durante la campaña.
Soros es un rival perfecto para el discurso de Trump porque debe su éxito en parte a su habilidad con los algoritmos financieros, un mundo que el discurso de Trump desprecia al tiempo que se erige como un presidente de corto industrial, más cerca de la producción y el empleo que de la innovación.
El señalamiento a Soros - ante Videgaray -no es aleatorio. El billonario apoyó la despenalización de la mariguana en EU, el mismo camino que Peña Nieto querría para México. Sería una primera pista para detectar los intereses que Kushner ahora recomienda suprimir.
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