Con la asunción de nuevos alcaldes este lunes, las principales ciudades de Brasil lanzaron fuertes planes de ajuste del gasto, en un plan coordinado con el gobierno federal y los estados (provincias) para tratar de afrontar los efectos de la grave crisis económica que hace ya dos años afecta al país, que el 2016 terminó con una retracción de tres puntos y medio y acumula en el bienio una caída histórica de siete puntos.
El caso brasileño es de notoria trascendencia para la Argentina ya que se da en momentos en que la Casa Rosada intenta establecer nuevas reglas para las provincias, y también cuando el flamante ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, sugiriera que el grueso del ajuste del año próximo le tocará hacerlo a los gobernadores.
El primer día del año, asumieron en Brasil los nuevos alcaldes de las principales ciudades con un mensaje coincidente acerca de la necesidad de ajustar fuertemente las cuentas. "La orden es prohibido gastar", afirmó el nuevo alcalde de Río de Janeiro, el obispo evangélico Marcelo Crivella, en una frase que resume los discursos de varios de sus colegas.
En sus primeras medidas, Crivella anticipó los lineamientos de su gestión. Entre otras medidas, redujo de 24 a 12 el número de secretarios de su Gabinete; determinó que la secretaría de Hacienda presente en 60 días un plan para renegociar la deuda pública con los acreedores y decretó la reducción a la mitad de los actuales cargos de nombramiento discrecional, indicó EFE.
En San Pablo, el nuevo alcalde, Joao Doria, anunció la reducción de 27 a 22 del número de secretarios de Gabinete, del 30 % de los cargos de confianza y del 15 % en el valor de los contratos. Medidas similares se anticipan en Belo Horizonte, Porto Alegre (donde el alcalde advirtió que podría no pagar sueldos), Goiania, Ribeirao Preto, entre varias ciudades más. Un dato nada menor es que dirigentes de todas las fuerzas políticas anticipan el ajuste.
“Los alcaldes cambiaron las promesas de inversión por el discurso de austeridad”, resume O Globo. El diario explica que los nuevos alcaldes asumen con “cierto alivio” después de que el gobierno de Michel Temer les transfirió 5 mil millones de reales (unos 1.515 millones de dólares), una parte de lo que recaudó con el blanqueo de capitales. Pero agrega que el alivio es insuficiente y anticipa que los municipios buscarán renegociar sus deudas con el Gobierno Federal, algo que ya consiguieron los estados mediante una ley aprobada por el Congreso que a cambio les impuso recortes y límites al gasto.
Varios de los gobiernos estatales, como los de Río de Janeiro, Minas Gerais y Río Grande do Sul, han declarado el estado de "calamidad financiera", un reconocimiento de la quiebra, para poder pedir ayuda al Gobierno federal. Varias ciudades seguirían ese camino, que le permite también a los alcaldes a renegociar contratos.
La economía de Brasil sufrió una retracción del 3,8 % en 2015, su peor resultado en 25 años, y, según las últimas proyecciones, se encogió otro 3,5 % en 2016, con lo que acumuló dos años consecutivos de crecimiento negativo por primera vez desde la década de 1930. En 2017, se espera un rebote de apenas medio punto, aunque los pronósticos están revisión por el efecto Trump.
La pelea local
El caso de Brasil podría ser un anticipo de lo que sucedería en Argentina si el Gobierno de Mauricio Macri avanza -como parecen sugerir algunas noticias de los últimos días- en un camino de presionar a las provincias para que ajusten sus gastos e implementen reformas fiscales.
El viernes pasado, en su primera conferencia de prensa Nicolás Dujovne, que en sus columnas periodísticas proponía medidas radicales para recortar gastos y el congelamiento del gasto por años como impuso en Brasil Michel Temer, dijo que en su primer año de gestión aspira a que "las provincias sean más austeras" y habló de la enorme cantidad de empleados públicos que sumaron en los últimos años.
Ese mismo día, en la última resolución que firmó como ministro, Alfonso Prat Gay le refinanció deuda a siete provincias, pero les exigió a los gobernadores que implementen "una política fiscal y un programa financiero compatibles con el resultado financiero requerido en el Régimen Federal de Responsabilidad Fiscal".
Este lunes, Clarín informó que el Gobierno de Macri quiere auditar el modo en que recauda cada provincias para, sobre esa base, determinar la solidez fiscal de cada una y exigirles reformas. En la Rosada consideran que algunas provincias actualizan sus impuestos ni recaudan lo suficiente, mientras que otras tiene altísima presión tributaria.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.
