La remontada de Donald Trump en Florida y el triunfo en Carolina del Norte empezó a configurar una esperanza que con la cristalización de la excelente elección que hizo Donald Trump, le permitió a los republicanos retener el control en el Senado, un resorte institucional casi tan importante como la Presidencia.
Con 8 contiendas en juego, los republicanos terminaron muy por encima de los demócratas con 51 senadores contra 45. Mantienen asà la mayorÃa sobre los 100 asientos que tiene el Senado, con una pérdida de apenas una banca, igual que los demócratas. Los otros asientos son de partidos menores.
Pero al ganar Trump la presidencia se configura paradójicamente una situación compleja porque los principales lÃderes del Senado del Partido Republicano como Marco Rubio o John Mc Cain están fuertemente enemistados con el magnate y también han salido respaldados en sus distritos -La Florida y Arizona- al lograr su reelección.
El Senado será sà un escenario de fuerte negociación ya que los demócratas están muy cerca de la mayorÃa y los sectores republicanos enemistados con Trump podrÃan comenzar a votar con esa bancada.
El Senado definirá además el futuro de la Corte Suprema ya que le tocará al próximo presidente enviar proponer la cobertura de la única vacante en un tribunal actualmente empatado entre conservadores y liberales.
Por otro lado, ya es un hecho que los republicanos retendrán la Cámara de Representantes -Diputados- donde se requieren 218 para definir la presidencia. El actual titular de la Cámara Paul Ryan, tercero en el orden de sucesión, buscará ahora el consenso interno para asegurar esa oficina que es estratégica para sus aspiraciones de cara a 2020.
Los republicanos llegan al final de la jornada con casi 20 bancas por encima de los demócratas. TodavÃa no es claro si en los republicanos hay mayorÃa de moderados que es lo que favorecerÃa a Ryan o si terminarán por imponerse candidatos de perfil más dogmático que motivarÃan un cambio en la conducción.
Ryan destacó a lo largo de toda la campaña por su capacidad para recaudar fondos para los candidatos a la Cámara por encima de la campaña de Trump con quien el congresista de Winsconsin tuvo una relación de tensión permanente.
Ocurre que los candidatos cercanos al magnate compiten en Estados donde los demócratas tienen fuerza como California, Texas o Virginia. En cambio los aspirantes de Ryan (que son polÃticos con un corte moderado en su mayorÃa) lo hacen en lugares donde existe una mayor tracción.
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- 109/11/1611:20¿Habrá llegado la hora de la Transversalidad yanqui?.-