Gabriela Michetti aterrizó este martes en los Emiratos Árabes Unidos como parte de una gira por Medio Oriente y encontró interés para inversiones en energías renovables y no renovables, obras de infraestructura y activos financieros.
Abu Dabi es la capital y polo económico del país, por sostener reservas petroleras que los otros seis emiratos perdieron.
La comitiva argentina empezó su jornada bien temprano en el piso 48 del hotel St. Regis de esa ciudad, donde el secretario de Política Económica, Pedro Lacoste y el representante de la Agencia Nacional de Inversiones, Pablo Quirno, recibieron a directivos de Abu Dhabi Investment Authority (Adia), un fondo soberano que invierte en proyectos asociado a empresas de Canadá, Australia y Estados Unidos.
Consultaron condiciones para invertir en infraestructura, sobre todo en rutas, pero antes quisieron saber sobre la política de peajes, interesados en garantías de rentabilidad.
Nasser Al Kerbi, director de Renta Fija y variable del fondo, elogió la exitosa licitación de bonos en pesos a 10 años a una tasa del 15.5%, señal de su interés por apostar a los mercado financiero.
También mostraron conocer Argentina cuando consultaron sobre los frenos judiciales a los tarifazos de luz y gas. “Fue una muestra de que funcionan las instituciones”, intentaron tranquilizar los funcionarios argentinos. La reunión se había ampliado, con la presencia del subsecretario de Comercio Exterior, Shunko Rojas.
La comitiva se movió unos metros a la sala de audiencias, donde los ventanales permitían ver el majestuoso mar turquesa de la costa árabe, para abrir un encuentro con la Cámara de Comercio e Industria de Abu Dabi.
Esperaban una treintena de empresas, la mayoría vinculada a la familia real, como los directivos de Al Waha Capital, Ali & Son, Abu Dhabi Aviación, Abu Dhabi Chamber, Bin Jabr Group ltd, Alabama Group, A dahara agricultura, entre otros.
Era fácil distinguirlos: vestían túnicas y turbantes blancos, calzaban sandalias y se saludaban con dos roces de narices. Trajeados, completaban la tribuna Ceos de multinacionales de renombre, como el latino Alejandro Fonseca, de Royal.
“Somos el octavo país en territorio del mundo. Tenemos minería, agroindustria, industria química, pesca; enormes posibilidades de explotar áreas económicas que no han sido desarrolladas. Estamos abriendo mercados con seguridad jurídica”, inició Michetti y se fue rápido a reunirse con la sheikha Fátima Bint Mubarak al Ketbi.
Como en el foro de negocios de Arabia Saudita, la delegación argentina prefirió hablar en inglés y el traductor, que esta vez estaba en un box preparado para la ocasión, se quitó los auriculares y quedó sin tareas.
Lacoste volvió a destacar la baja de la inflación y del déficit fiscal en Argentina, pero aclaró que se daba de “forma gradual”. Valoró la “transparencia” del gobierno de Macri, una palabra que la comitiva argentina incorporó a la gira por presión de los empresarios saudíes; y garantizó que los subsidios a la energía seguirán bajando.
Quirno se ayudó de un powert point para exponer el trabajo de la Agencia de Inversiones y las oportunidades de negocios de Argentina, “que ha quedado rezagada con respecto a sus pares de Latinoamérica en la inversión directa extranjera”, detalló en un cuadro comparativo.
El protocolo obligó a los empresarios y funcionarios a presentarse uno a uno y cuando el evento finalizó los directivos Abu Dhabi Aviación pidieron una reunión aparte con los funcionarios argentinos. Estaban interesados en vender flotas de aviones y de helicópteros, por ejemplo, para sistemas de emergencias.
A ese entonces Michetti ya había iniciado su reunión con la sheika, esposa del fundador y presidente de Emiratos Árabes Unidos, el jeque Zayed Bin Sultan Al Nahya.
La primera dama árabe le prometió inversiones financieras y en energías “renovables y no renovables”. Sólo permitió que ingresaran mujeres a su palacio y las mezcló con amigas de la familia real para intercambiar experiencias.
Fátima tiene el mérito nada menor de incluir a las mujeres en el mundo islámico, machista como pocos: a diferencia de Arabia Saudita, en los Emiratos las mujeres pueden trabajar, conducir vehículos y tienen una alta participación en el Gobierno: ocupan 8 de los 26 ministerios, la presidencia del parlamento y el 30% de los puestos de alta dirección. Visten túnicas negras que esconden sus siluetas, pero son pocas las que cubren sus rostros con velos.
Mientras Fátima intercambiaba flores con Michetti, en una reunión que se extendió 75 minutos, en el Hotel Sg Regis aislaban un rincón del inmenso hall para recibirla junto al hijo, el príncipe heredero Mohamed Bin Zayed, a cargo de la gobernación de Abu Dabi desde la muerte de su padre en 2004.
Con una celosa custodia de mujeres, otra invención de la sheika, Mohamed reiteró los deseos de invertir en Argentina y ponderó las reformas estructurales de Macri. Se interesó en el sector financiero, petróleo y gas. “También necesitamos consumir los productos argentinos”, destacó, mientras turistas de todas las nacionalidades entraban y salían sin entender que era lo que concentraba tanta atención.
Por la tarde Michetti fue recibida por Amal Abdullah Juma Karam Al Qubaisi, presidenta desde hace un año del Consejo Nacional Federal (FNC) de Emiratos Árabes Unidos, la primera mujer en ese cargo.
Los 7 Emiratos se unieron como país en 1971 y funcionan como una monarquía constitucional: de los 40 miembros del FNC, que sería el parlamento local, la mitad es elegido por el voto directo, aunque el padrón reducido. De hecho, en Abu Dabi, el 80% de los habitantes son extranjeros.
En un pequeño salón del primer piso del FNC, Michetti volvió a vender a Argentina como fuente de inversiones. “Somos un país sostenible en el tiempo”, afirmó. En inglés, destacó el plan de Macri para refugiar a la población siria y valoró el rol de las mujeres, dueñas de la sala.
“Ella es mi jefa y hago lo que me dice”, bromeó uno de los diputados que acompañaba a la presidenta del parlamento local, sentados en semicírculo. Al rato protestó por la dificultad para conseguir visas de negocios por varios meses y obligó a intervenir al embajador Fernando De Martini, muy activo en la visita oficial. El legislador árabe retomó el buen clima hablando de polo, una pasión que lo trae seguido a Argentina.
No fue la única molestia: Al Qubaisi reclamó por un plan portuario del anterior gobierno que nadie supo bien qué era. Mencionó oportunidades de negocios en energía, trasporte y alimentos e intercambios educativos.
La vicepresidenta terminó la jornada junto a otro fondo de inversión, el Abu Dhabi Fund for Development, también interesado desembolsar dinero en Argentina.
Este viernes Michetti recibirá a los empresarios de Dubai, un emirato sin petróleo pero el más famoso para los turistas. Sus vecinos de Abu Dabi los recelan: dicen que se gastan lo que ellos producen. Internas del mundo árabe.
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