¿No cree usted que al parecer el verdadero reto radica en el equilibrio y no en eliminar completamente proteÃnas de origen animal? |
Lejos de un sustento cientÃfico real, en el sector alimentario crece la tendencia a eliminar el consumo de proteÃna animal, principalmente por teorÃas apoyadas en campañas de activismo digital, infodemia o simplemente por moda.
Por infodemia entendemos la viralización intencional o no, de contenido especulativo no verificado, que afecta la noción y el juicio de la opinión pública, y la alimentación es un segmento afectado por estas prácticas.
AsÃ, más por moda o por copiar nuevos estilos de alimentación que promueven personajes famosos, youtubers o blogueros activistas, eliminar la proteÃna animal se ha incrementado como una práctica que cientÃficamente sà ha demostrado afectar la salud.
Desde hace algunos años observo cómo se han popularizado dietas que polarizan el incluir o no ciertos nutrientes de origen animal tan básicos como la carne, leche, huevos, incluso carbohidratos saludables que han acompañado la evolución humana a lo largo de la historia.
Es asà como se promueven modas alimentarias pasajeras, algunas que vienen a mi mente: "El ayuno intuitivo de Gwyneth Paltrow"; "La dieta vegana: éxito de Lenny Kravitz para mantenerse saludable a sus 56 años" y "Dietas antiedad", tan solo como una muestra que llegan a las audiencias sin argumentos cientÃficos.
Otro ejemplo que pone en riesgo la salud, que vale la pena mencionar, es el que promueven las nuevas industrias "innovadoras en tecnologÃa de alimentos" que "fabrican" proteÃnas en laboratorios eliminando el uso de animales, y aunque sus productos están listos, no se comercializan masivamente por los elevados costos de producción y no cuentan con estándares de calidad, ni certificados de salud para autorizar su consumo.
Remilk, una startup israelà reproduce quÃmicamente las proteÃnas de la leche y elabora productos lácteos sin utilizar vacas, la empresa australiana-estadounidense Change Foods, crea "carne cultivada" o New Culture; cientÃficos que fabrican queso en laboratorios.
Mientras surgen nuevas alternativas de dietas "saludables" e industrias en tecnologÃa de alimentos, paralelamente se publican estudios cientÃficos con verdadero peso mundial, por instituciones reconocidas que siguen argumentando lo mismo: una dieta saludable no debe suprimir la proteÃna animal, mientras más variado mejor, y el secreto siempre estará en el consumo de porciones equilibradas.
Nature, una de las más prestigiosas revistas cientÃficas a nivel mundial, publicó un informe este mes, que comprobó que gracias a los nutrientes de los lácteos en entornos altamente áridos, la leche jugó un papel decisivo para la supervivencia y el éxito de las migraciones a larga distancia de los pastores de principios de la Edad del Bronce en la estepa euroasiática.
Por su parte, la Universidad de Harvard y la prestigiosa comisión EAT-Lancet, argumentan que una comida debe estar compuesta por un 50 por ciento de verduras variadas y frutas, un 25 por ciento de cereales integrales y el 25 por ciento restante de proteÃnas sanas, que pueden provenir sin ningún tipo de problema de alimentos vegetales y animales.
Piedras en el riñón, falta de energÃa, pérdida de músculos y anemia son algunas de las consecuencias documentadas por figuras públicas, que después de esto decidieron continuar consumiendo alimentos de origen animal, pero de forma más equilibrada.
Entonces, ¿no cree usted que al parecer el verdadero reto radica en el equilibrio y no en eliminar completamente proteÃnas de origen animal? Asà como fortalecer una cultura de respeto hacia los animales y premiar a aquellas empresas con visión social que ya trabajan por armonizar su crecimiento económico con un cuidado planetario.
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