Jim Jordan acaricia la posibilidad de ser el próximo titular de la Cámara de Representantes. En un país conmocionado por el nuevo frente bélico en Medio Oriente, la cobertura de la vacante que dejo el republicano Kevin McCarthy se ha vuelto urgente tanto para aprobar recursos para el frente en Israel como así también para evitar un cierre de la administración demócrata.

Según reporta hoy lunes el periodista de Axios, Andrew Solender, las resistencias que tenía Jordan para ser el próximo "speaker" han menguado durante el fin de semana y de los casi 50 opositores que había a su promoción, ahora solo quedarían unos pocos.

Para México es un dato complejo de asimilar. Sucede que quien puede convertirse en el tercero en la línea sucesoria de Joe Biden, es un aliado de Donald Trump y tiene un discurso muy duro respecto al issue de la frontera.

Jordan no es contrario a la idea de un moro fronterizo, cuestiona fuertemente la política de los demócratas en cuanto a la migración y tiene una mala opinión de la cooperación del gobierno mexicano en la cruzada contra la epidemia de fentanilo.

El dato más sensible: según pudo conocer LPO, Jordan tiene muy buena relación con la DEA y su directora Anne Milgram, a quien contuvo cuando hace algunas semanas esta fue increpada en la Cámara de Representantes por supuestas irregularidades en su gestión al frente de la agencia antidrogas.

Es complejo para la administración de Andrés Manuel López Obrador porque el presidente desde hace una semana emite mensajes críticos para con la DEA y llegó al punto de condecorar a Salvador Cienfuegos, a quien la agencia intentó encarcelar a fines del 2020 cuando este fue arrestado en California y luego liberado por cabildeo de la Casa Blanca de Donald Trump.