Sandoval comenzó a deslizar a sus oficiales de mayor confianza que le iba a proponer a Andrés Manuel López Obrador su continuidad en el sexenio de Claudia Sheinbaum. El eje del pedido sería el de continuar para terminar de consolidar la Guardia Nacional y que el Ejército además entregue buenos resultados en el Tren Maya y en el AIFA, obras emblema del obradorato que de momento solo dan pérdidas.

Según mencionan en Palacio, la postulación de Sandoval tuvo lugar en los últimos días y la respuesta del presidente fue neutra, aunque habría señalado que en la sucesión militar es difícil que haya continuidad porque varios oficiales perderían oportunidades de ascensos y promociones. Algo como lo que propició López Obrador en 2018 con el actual secretario, que generó enojos y ciertas trifulcas porque pasaron a retiro oficiales que esperaban continuar su carrera.

El planteo del general solo es una anécdota de una situación mucho más sistémica y presente en la transición: muchos funcionarios quieren retener sus cargos y cuando esto se hace visible entusiasma a otros que hasta hace algunas semanas se sabían fuera de la ecuación.

Los dos casos más evidentes son los de Octavio Romero y Manuel Bartlett, que quieren seguir en Pemex y CFE. El segundo, de hecho, tendría todo el respaldo del ala dura del entorno presidencial, al punto que el vocero Jesús Ramírez ha orquestado la defensa mediática de Bartlett luego de que se conocieran sus últimos escándalos. El periplo de Cuevas es irrisorio: del izquierdismo a redactar notas para defender a quien, según la propia izquierda, se robó la elección de 1988.

El deseo de continuidad de Romero directamente es indisociable de su relación con el presidente: Pemex está prácticamente en bancarrota, no puede cubrir las deudas de proveedores y su sistema de refinación está al límite. Pero Sandoval también tiene una relación personal con López Obrador y de ahí su idea de permanecer.

Así las cosas, el general Gabriel García Rincón sería una suerte de "Plan B" para Sandoval. Lo apoyaría no solo para cumplir con el Pentágono, donde García Rincón tiene una imagen de alto nivel, sino también porque ya es demasiado evidente que el general Ricardo Trevilla está respaldado por el grupo del exsecretario Salvador Cienfuegos.

En el momento actual de la relación con EU, trastocada por los enigmas del arresto de Ismael Zambada, darle centralidad a Cienfuegos puede ser una apuesta directamente temeraria, especialmente si se analizan las acusaciones que se formularon en el país vecino contra el exsecretario.