El ataque contra la familia del gobernador Rubén Rocha, justo en plena coincidencia con la visita de Omar GarcÃa Harfuch a la entidad del PacÃfico, encendió todas las alertas y dejó un mensaje muy inquietante: el intento de secuestro de un familiar directo del gobernador que nada tiene que ver con su vida pública, en una vialidad principal de Culiacán, es un hecho que cruza los limites habituales del mundo criminal.
Es tan grande el impacto en el staff del gobernador que las opiniones terminan en una dirección: el ataque de ayer martes es una advertencia de la facción de "Los Chapitos" en un momento en el cual el Gobierno Federal está redoblando esfuerzos para capturar a Iván Archivaldo Guzmán y, desde ya, entregarlo a Estados Unidos.
LPO reveló que la Marina, en plena crisis reputacional por los presuntos desmanes del entorno del almirante Rafael Ojeda, se ha comprometido con Washington para capturar a quien hoy por hoy es el capo más buscado.
La jornada de ayer martes fue explosiva en Sinaloa. Además del intento de secuestro, hubo balaceras y murió un empleado gubernamental vinculado con la compra de medicamentos.
En el cÃrculo rojo llamó la atención que Rocha en ningún momento negó el intento de secuestro de su nieta. Un giro que es registrado como un acuse de recibo y, al mismo tiempo, como un potencial intento de victimización. Basta con leer las plumas afines a Rocha en la prensa del PacÃfico que hoy miércoles reclaman que la oposición sea empática con el gobernador.
Un dato curioso: el alcalde removido de Ahome, Gerardo Vargas, un adversario de Rocha apareció en redes sociales para solidarizarse con el mandatario estatal.
A las horas del secuestro fallido circularon, en el gabinete de Rocha, rumores muy inquietantes, especialmente entre los oficiales de la Sedena a cargo de la seguridad. El más delicado: que el autor del ataque ya sufrió una represalia definitiva.
Y es que el vehÃculo en el que se trasladaba la nieta del gobernador recibió múltiples impactos de bala y uno de los escoltas se encuentra seriamente herido.
Mientras tanto, el caos de seguridad que atraviesa Sinaloa, de momento, no muestra grietas en el morenismo: todo el elenco oficialista, esta semana le tocó a Luisa MarÃa Alcalde, sigue respaldando la narrativa de que la situación general de seguridad está mejorando. Una especie de realidad paralela que, por estas horas, se confronta con las amenazas más oscuras de la realidad tangible.
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