La sucesión militar no da tregua en los principales círculos de oficiales. En las últimas horas ha crecido el malestar entre los generales Gabriel García Rincón y Ricardo Trevilla. Los allegados al primero dicen que Trevilla lleva adelante una campaña en los medios para posicionarse como reemplazo de Luis Crescencio Sandoval.

Un malestar que se exacerbó en las últimas horas cuando comenzó a circular el dato de que parte del staff del actual secretario ya juega abiertamente en favor de Trevilla.

A la par de esa novedad, oficiales amigos de García Rincón comienzan a filtrar detalles inconvenientes de la vida personas de Trevilla, en un afán por descarrilar su aspiración.

Como sea, el conflicto demasiado no ayuda a la aspiración de continuidad del grupo que actualmente comanda la Sedena. Temen que, para evitar grandes enemistades, Claudia Sheinbaum se termine inclinando por un general de la periferia y así no deba dejar a nadie disconforme.

En sintonía con esa dinámica sucede que desde el fin de semana se habla del general Andrés Aguirre, mandamás de la dirección de Industrias Militares y hombre de todas las confianzas del general Salvador Cienfuegos. De hecho, fue quien organizó las primeras reuniones de camaradería con el general cuando este se libró de su cautiverio en California, en 2019, cuando la DEA quería arrestarlo por presunta colusión con el narco.

En el Ejército está muy instalada la tesis además de que Omar García Harfuch tendrá un peso determinante en la elección del futuro secretario. De ahí que varios movimientos se desarrollen en la dirección de quien, estiman, será el próximo secretario de Seguridad.