La Constitución ordena que los secretarios de estado comparezcan ante el pleno de las cámaras legislativas pero la incursión de Omar García Harfuch al Senado este miércoles se desarrolló en un hermetismo casi total.

Fueron solo algunos senadores de la Jucopo los que pudieron escuchar al secretario de Seguridad, las imágenes que circulan fueron absolutamente controladas y no hay videos, el acta de la comparecencia no tiene la firma de la oposición y, para evitar cualquier imprevisto, hasta se agendó un evento social a la misma hora de modo de minimizar la presencia del senador Gerardo Fernández Noroña.

Al igual que Ricardo Monreal en San Lázaro, Adán Augusto López Hernández tuvo su gesto para con el funcionario más determinante del staff presidencial. Según pudo conocer LPO, algunos senadores morenistas le recordaron al tabasqueño que Alfonso Durazo comparecía ante el pleno, pero este se mostró inflexible y eligió el secreto.

Fue en esas condiciones que, según pudo conocer LPO, desde el PRI hubo preguntas incómodas al secretario de Seguridad, especialmente en lo referido a la cooperación con Estados Unidos, las extradiciones de capos hacia el norte y el reclamo de Washington de un mayor combate a los políticos ligados al crimen organizado. La inquietud sería por una potencial subordinación del estado de derecho mexicano a las demandas de Donald Trump.

Cuestionamientos lógicos pero que ponen a prueba la relación de Alejandro Moreno Cárdenas con el actual secretario de Estado Marco Rubio, que respalda plenamente el accionar de García Harfuch.

El dirigente tricolor ha cultivado vínculos en Washington desde que era gobernador de Campeche y en 2021 hizo uso de estos para viajar al Capitolio y denunciar la injerencia del narco en las elecciones de medio termino. Todo lo que denunció Moreno Cárdenas está en la mira del actual secretario de Seguridad.

Así las cosas, Alito corre el riesgo de quedar, nuevamente, como un político oportunista y de bajo vuelo. En el PRI se conoce bien la maniobra del dirigente: cuando en el sexenio anterior la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, quiso investigar su fabuloso patrimonio, Alito le ofreció a Andrés Manuel López Obrador bajar la intensidad de sus viajes a Washington para denunciar los nexos inconfesables de la 4T. De ese modo, el dirigente tricolor se evitó una situación limite.

Las criticas del PRI a García Harfuch hacen juego además con la cada vez mayor cercanía de Alito con el exgobernador sinaloense Mario López Valdéz, muy señalado en la entidad del Pacífico de supuestos nexos con la familia de Ismael Zambada.