Este martes Lula Da Silva tuvo un almuerzo con Joe Biden antes de que el presidente de Estados Unidos abandonara RÃo de Janeiro, donde participó de la Cumbre del G20.
Los acuerdos entre la administración demócrata y el gobierno brasilero son en múltiples frentes y por eso la cantidad de integrantes en cada delegación. En esos intercambios apareció una pista para México: el Departamento de Estado cree que Donald Trump va a despedir en el corto plazo a la directora de la DEA, Anne Milgram, lo cual fuerza a dejar en suspenso ciertos acuerdos que Brasil busca para combatir al crimen organizado.
En esa dirección, este martes The Wall Street Journal reveló que Trump se dispone a despedir al mandamás del FBI, Christopher Wray, otra agencia vital para la relación bilateral con México en temas de seguridad.
El problema del cambio, según se menciona en RÃo, es que este sea promovido por Mike Waltz, futuro consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca y que tendrÃa objeciones a sostener canales de comunicación con los gobiernos de la región con los que la DEA debe cooperar.
Un rasgo que puede ser explosivo para el secretario de Seguridad mexicano Omar GarcÃa Harfuch . Según dicen en su entorno, el funcionario no tiene problema con el discurso de seguridad que Trump esgrime ante los cárteles de la droga y está dispuesto a colaborar en su estrategia, pero siempre dentro de un marco de comunicación absoluta.
El riesgo con Waltz es que la agencia se mueva de modo unilateral en México en lo que implica una violación a la soberanÃa todavÃa más compleja que el uso de fuerzas armadas en territorio mexicano.
Para entender: Claudia Sheinbaum está convencida de que el estallido de Culiacán es una responsabilidad de Washington por haber actuado en soledad contra el Cártel de Sinaloa, sin coordinarse con el Gobierno mexicano.
El desafÃo con el próximo gobierno republicano es que este tipo de extracciones o secuestros, según se entienda el caso, como el que protagonizó Ismael Zambada, se hagan frecuentes y vayan más allá del narco, o sea, hacia la polÃtica.
Andrés Manuel López Obrador tuvo una relación turbulenta con la DEA durante buena parte de su sexenio, especialmente luego de que agencia antidrogas intentara arrestar al general Salvador Cienfuegos en el 2020. Tras ese episodio eran frecuentes sus crÃticas a la agencia desde las conferencias matutinas.
Pero en ese momento Milgram fue respaldada por la Casa Blanca. Es entendible: antes de asumir en la DEA en 2021 era una fiscal de alto rango en Nueva Jersey, un estado históricamente demócrata y cuyos exgobernadores apoyaron con recursos tanto las campañas de Barack Obama como la de Biden.
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