Opinión
Tabe: del alcalde de papel al rey del subejercicio y campeón de la simulación
Por Raúl Paredes Peña
¿Qué hizo Tabe? Se enfocó en su imagen y en aceitar la maquinaria del PAN en Miguel Hidalgo.

Hay políticos que creen que gobernar es hacer presentaciones de PowerPoint. Mauricio Tabe, alcalde de Miguel Hidalgo, acaba de comparecer ante el Congreso de la Ciudad de México y lo que vimos fue justo eso: gráficas bonitas, frases recicladas y muchos numeritos... pero muy poca calle y mucha mentira.

En su informe, Tabe presume haber reducido la inseguridad, pero lo que reporta es percepción, no realidad. Dice haber atendido más del 90% de las solicitudes ciudadanas y contar con un sistema anticorrupción ejemplar. El problema es que basta rascar un poco para que todo eso se derrumbe como una de las fachadas ilegales que su gobierno autorizó en la Escandón.

¿Reducción de la inseguridad? En la Pensil hubo una ejecución con 20 tiros. En abril, se encontraron granadas activas en vía pública. En Polanco, los asaltos a joyerías, relojerías y transeúntes en cafeterías han sido constantes, con videos circulando en redes que muestran cómo te bajan el reloj en segundos. En Anáhuac, lo mismo. Y mientras la crisis estallaba en el parque Bicentenario, el alcalde se encontraba en la boda de su jefe político, Santiago Taboada. Bienvenida la fiesta, mientras el caos reina. Literal.

Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Miguel Hidalgo se ubicó en 2024 como la cuarta alcaldía con mayor tasa de delitos de alto impacto en toda la Ciudad de México: 345 delitos de alto impacto por cada 100 mil habitantes, muy por encima del promedio capitalino. Pero claro, eso no salió en el informe.

El rey del subejercicio

En 2024, la alcaldía dejó sin gastar más de 63 millones de pesos. Un récord indignante para quien pide más presupuesto cada año. Y no es nuevo: entre 2018 y 2024, el subejercicio suma más de 200 millones. Ese dinero estaba ahí: aprobado, etiquetado... y nunca llegó a un deportivo, a una escuela, ni a una sola luminaria.

¿Qué hizo Tabe en lugar de ejercerlo? Se enfocó en su imagen y en aceitar la maquinaria del PAN en Miguel Hidalgo. Porque aquí no hay obra, hay operadores; no hay calles nuevas, pero sí muchos espectaculares.

Tampoco hay cuentas claras: Tabe presume tener 200 denuncias ciudadanas por corrupción, pero ni una sola sanción. La ASF le encontró más de 70 millones sin justificar en 2023, contratos a empresas sancionadas y servicios que no se prestaron. Y por si fuera poco, dos de sus funcionarios fueron inhabilitados:

• Esther Martínez Castañeda, por favorecer el restaurante "Don Eraki", propiedad de la familia Tabe.

• César Garrido, por autorizar un edificio ilegal en la colonia Escandón.

¿Y qué hizo el alcalde? Nada. Ni los menciona. Transparencia de papel, ética que apesta a impunidad.

¿Y los programas sociales? Convertidos en red clientelar.

El programa "Manos a la Olla", que debería estar dirigido a quienes más lo necesitan, terminó convertido en una caja chica electoral del PAN en Miguel Hidalgo. Para 2025 se le asignaron más de 62 millones de pesos del presupuesto público. El padrón de responsables está plagado de militantes panistas, y bastó una revisión mínima durante la comparecencia para exhibirlo. No hay reglas claras de operación ni criterios transparentes de selección, pero sí hay estructura territorial disfrazada de asistencia social.

¿Y la seguridad? Otro espejismo.

Tabe presume que "Blindar Miguel Hidalgo" es un logro, pero en los hechos, la alcaldía parece abandonada. Mientras él habla de percepción, los cárteles se disputan las calles: narcomenudeo, extorsión, ejecuciones y robos violentos ya no son la excepción, son rutina. En colonias como Tacubaya, Pensil, Popotla y Anáhuac, la gente vive con miedo. Los delincuentes saben que no hay autoridad presente. Y los vecinos también. La inversión en seguridad termina en patrullajes simbólicos, cámaras que no funcionan o vehículos tácticos que nunca han salido.

Blindar MH es pura cosmética. La realidad: la alcaldía está descuidada y la delincuencia lo sabe.

Durante su comparecencia, Tabe eludió todo esto. No explicó el subejercicio. No defendió los contratos observados. No asumió responsabilidad por los funcionarios sancionados. Y por supuesto, no dijo una palabra sobre la tragedia del Bicentenario, donde se denuncian permisos otorgados sin rigor y supervisión nula.

Tabe vino a presumir, no a responder. Pero gobernar no es presumir: es resolver. No se trata de llenar informes de numeritos, sino de transformar calles, proteger vidas y cuidar el dinero público.

Miguel Hidalgo no necesita un alcalde de papel. Necesita un gobierno que no huya de las preguntas incómodas y que entienda que la política no se hace desde una boda, sino desde la calle.


@RaulParedesP

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