En el Servicio Exterior Mexicano impactó la inestabilidad del mundo, en medio de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, la invasión rusa a Ucrania y, desde luego, el proceso electoral en donde la Casa Blanca quedará a cargo de Donald Trump o Kamala Harris. ¡Ahí nomás!

Como puntualmente ha contado esta redacción, el embajador mexicano en España, el exgobernador y expriista sinaloense, Quirino Ordaz, busca su ratificación en la misión diplomática, al menos eso era su Plan A hasta la detención de Ismael "el Mayo" Zambada hace unas semanas.

Se trata de una Embajada de lujo en Europa, una de las más codiciadas por los trabajadores de carrera en la Secretaría de Relaciones Exteriores. Y la recompensa a Ordaz Coppel a cambio de colaborar pacíficamente en la entrega del estado de Sinaloa a Morena traicionando al PRI, fue un pago con creces.

Sin embargo, desde hace meses el exgobernador se preguntaba si sería ratificado en la administración de Claudia Sheinbaum y confiaba para ello en la amistad que guarda con el esposo de la presidenta electa, Jesús María Tarriba, quien como Ordaz es originario de Mazatlán, donde ambos son asiduos tertulianos de la fonda Santa Clara, en Avenida Paseo Olas Altas 166.

Sin ser grandes amigos, son viejos conocidos, cuando Quirino incluso tuvo negocios con la familia de los Tarriba. La primera preocupación del exgobernador se disipó cuando Sheinbaum anunció que la secretaria Rosa Icela Rodríguez será la próxima titular de la Secretaría de Gobernación. Descartando un escenario con Rodríguez Velázquez en España, como se especuló durante algunas semanas.

Quirino se quiere quedar en Madrid y opera en el entorno de Claudia para retener la Embajada

Ahora a quien tiene de frente es a Octavio Romero Oropeza, actual director de Petróleos Mexicanos, quien podría estar interesado en la embajada española debido a los negocios de Iberdrola con Pemex (y según otras versiones, porque podría tratarse algunos padecimientos que afectan gravemente su salud). Un buen compañero tabasqueño de la presidenta electa.

De nuevo, como con el Mayo Zambada y lo que podría contar antes las Cortes de Estados Unidos, son las viejas amistades las que podrían jugarle en contra. Si Tarriba lo conoce bien, hay alguien que lo conoce mejor: Carlos Salinas de Gortari, con quien se fotografió hace mes y medio en una fiesta cuyo anfitrión fue el empresario Juan Antonio Pérez Simón.

Entre el empresariado mexicano en España ha crecido una versión sobre el futuro de Quirino, un plan de hace meses -para ser exactos, durante la reactivación económica- que el expriista habría barajeado entre sus incondicionales antes de la Embajada en Europa: el regreso del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM). Al fin y al cabo, Quirino Ordaz siempre fue un empresario hotelero que se metió a la política.