Cuando Santiago Creel fue elegido nuevo presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados el pasado 1 de septiembre una cosa estaba clara: que sus aspiraciones políticas, respaldadas por la dirigencia del PAN en voz de Marko Cortés, tendrían el respaldo de su instituto político por más imposibles que parecieran.

Ese es el caso de su deseo de ser el candidato presidencial de una coalición opositora que incluya al PRI, al PAN, al PRD e incluso a Movimiento Ciudadano (MC). "Lo ideal es la alianza completa, es lo que yo deseo y es en lo que voy a trabajar, pero con esa misma convicción quiero decirles que yo respeto la decisión de cada partido", declaró Creel Miranda, en un mensaje claro a Claudio X. González.

Sin embargo, un lastre pesa sobre la reputación del legislador federal del PAN, pues no ha ganado ningún puesto de elección popular en su vida. Ha sido diputado y senador por la vía plurinominal, además de titular de la Secretaría de Gobernación con Vicente Fox, cargos todos gracias a decisiones cupulares.

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Por ello, como pudo saber LPO en el war room del PAN en avenida Coyoacán, ya planea rehacer su pasado a partir de la elección del 2000 para la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, donde quedó 200 mil votos atrás del hoy presidente López obrador. "No son invencibles ni imbatibles, como se los demostramos en la elección de 2021", aseguran sus operadores ufanándose del triunfo en 9 de las 16 alcaldías de CDMX.

Esto tiene un propósito claro: ante la alta competencia por la candidatura presidencial de la oposición de 2024, Creel pone en la mesa retirarse si se considera su postulación a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, donde la cosa no está tan atascada y para lo cual sólo tendría que negociar con la senadora Xóchitl Gálvez, el alcalde Santiago Taboada y el priista Adrián Rubalcava (entre otros, con menos oportunidad).