Ya hace un puñado de meses el rol de Ken Salazar quedó en la mira de la Casa Blanca. Como reveló LPO, el staff del Departamento de Estado que conduce Antony Blinken cuestiona con dureza las posiciones "blandas" del embajador frente a Andrés Manuel López Obrador. Esa tensión se hizo evidente en la Cumbre de las Américas, cuando Salazar dio a entender que AMLO finalmente iría a Los Ángeles. No ocurrió.
Semanas más tarde, el prestigioso New York Times también daría cuenta del creciente malestar en las entrañas de la Casa Blanca. "Al interior del gobierno estadounidense, algunos cuestionan si el enfoque blando de Salazar de verdad funciona o más bien envalentona a López Obrador mientras desafía la influencia estadounidense y socava las salvaguardas de la democracia, según altos funcionarios de Estados Unidos que no tenían autorización de hacer declaraciones en público", publicó el periódico.
El periodista Raymundo Riva Palacio también lo analizó en su columna de LPO "Salazar saltó de bote". La cercanía del embajador es mal vista en Washington. Y López Obrador se siente cómodo, desde luego, con las posiciones del embajador estadounidense. Por eso le pidió a Ebrard que opere con Blinken la permanencia de Salazar.
López Obrador le pide a Ebrard que opere con Blinken la permanencia de Salazar
Ahora, en medio de la captura con fines de extradición del capo narco Rafael Caro Quintero, Salazar volvió a mostrar su alineamiento con la 4T. Ocurre que Anne Milgram, la jefa de la DEA, había confirmado que la agencia que comanda había tenido participación en el operativo de detención del histórico líder del extinto Cártel de Jalisco.
La confirmación del funcionario de la administración Biden deja al gobierno de López Obrador en una posición incómoda, porque luego que esa agencia detuviera al general Cienfuegos, el presidente anunció que suspendía todas las operaciones de la DEA en suelo mexicano.
La incomodidad del gobierno de López Obrador es tan evidente que en el único y escueto comunicado oficial sobre el operativo se detalla que participaron la Marina mexicana, Interpol y otras agencias, pero se evitó mencionar a la DEA.
El encargado de mostrar -con sutileza- el malestar que había causado en la 4T esa información fue, otra vez, Salazar. El embajador emitió un comunicado para "aclarar" que ningún agente de la DEA -ni de otra agencia de seguridad de los Estados Unidos- había participado de la operativo.
"SEMAR realizó con éxito el operativo para capturar a Rafael Caro Quintero. Felicitamos a SEMAR por ejecutar la operación y lamentamos la pérdida de 14 valientes infantes de marina mexicanos. Para aclarar, ningún personal de los Estados Unidos participó en la operación táctica que resultó en el arresto de Caro Quintero", expresó la embajada de la que Salazar es titular.
Exclusivo: un ex embajador de EU cercano a Zedillo suena como reemplazo de Ken Salazar
Y agregó: "La aprehensión de Caro Quintero fue realizada exclusivamente por el gobierno mexicano. El arresto de alguien que durante mucho tiempo aterrorizó a los ciudadanos mexicanos y está implicado en la tortura y muerte de un agente de la DEA es un hito no solo para nuestros gobiernos, sino también para la gente de nuestros países. La exitosa operación mexicana ejemplifica lo que podemos lograr al trabajar juntos para salvaguardar a los ciudadanos de México y los Estados Unidos".
Salazar queda así otra vez en el corazón de los rumores que lo ubican al frente de una "traición" a los intereses de la administración de Biden. La Política Online reveló hace algunos días que, en la Casa Blanca, incluso se analiza un posible cambio en la Embajada en México. Se piensa en el cabildero James Jones como eventual reemplazo de Salazar. Se trata de un hombre muy cercano al ex presidente Ernesto Zedillo.
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