Marko Cortés comienza a padecer los efectos de su mimetización con Alejandro Moreno Cárdenas. Igual que el campechano, blindó su posición en el PAN, rechaza cualquier tipo de disidencia, no toma nota de las derrotas electorales que se multiplican y reitera como un mantra que la alianza opositora es el único camino posible frente a la hegemonÃa de la 4T.
Tal es su grado de sÃntesis con Moreno Cárdenas que ahora sucede lo esperable: Alito es el jefe opositor a pesar de tener menos diputados y menos gobernadores que el PAN. El rechazo de la reforma eléctrica le dio al dirigente tricolor una visibilidad y un protagonismo que rebasó por lejos al michoacano.
La incertidumbre sobre la postura que jugarÃa el PRI respecto a la reforma fue fundamental para el crecimiento de Alito, que emergió como un jefe polÃtico por encima de las vocaciones más acuerdistas representadas por Rubén Moreira y sus innumerables incursiones a Gobernación y al despacho privado de Manuel Bartlett.
Un buen ejemplo del aura del ex gobernador de Campeche tuvo lugar ayer miércoles por la noche en el Club de Industriales de CDMX. Moreno Cárdenas se ubicó en primera fila en el homenaje por el décimo aniversario del fallecimiento del ex presidente Miguel De la Madrid. Allà Alito fue saludado y felicitado por capitanes de la industria nacional, comenzando por Claudio X. González. Ex funcionarios de la talla de Emilio Gamboa o Pedro Aspe observaban azorados.
Este giro está generando inquietud en el entorno de Marko, quien por cierto se encamina a casi seguras derrotas en Quintana Roo y Tamaulipas mientras que refuerza su posición en Aguascalientes. En tanto en Durango, actualmente gobernado por el PAN, el candidato opositor es priista.
El liderazgo del PRI en el plano opositor genera especial irritación entre el panismo clásico que rechaza al tricolor y señala permanentemente que Marko se asoció al partido con peor imagen de México (52% de imagen negativa según Grupo Reforma).
Otro asunto a tener en cuenta: el escenario actual empieza a reforzar la idea de que el PRI va a designar el candidato a presidente del frente opositor en 2024 mientras que al PAN le quedará la CDMX. Un aspecto de la dirigencia de Marko que también es objetado.
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