Una vez más, el recinto del Senado se convirtió en un tablero de ajedrez de poder. Y es que el juego que comenzó con movimientos individuales como la renuncia de Barbosa al PRD o su anuncio de apoyo a Andrés Manuel López Obrador, decantó ayer en el cambio masivo del bloque que apoya a Morena hacia el grupo parlamentario del PT.

Tal como explicó ayer La Política Online, la decisión fue más estratégica que apresurada. Unidos, los miembros antes desperdigados entre el PT y el bloque que lideraba Barbosa, se transformaron automáticamente en la tercera fuerza de la Cámara Alta por encima del PRD y ganaron en voz y votos, con 17 miembros propios.

Entonces,  la pregunta que surgió de inmediato fue: si la bancada de une al PT, ¿Cómo quedarán los puestos de dirección del ahora nuevo grupo parlamentario?Porque para respetar estructuras previas, decidieron que la coordinación la seguiría teniendo Manuel Bartlett. 

Pero para que el grupo esté "en equilibrio de fuerzas" y tenga un puesto estratégico para los nuevos integrantes, la vicecoordinacion quedará en manos de alguien del ex bloque parlamentario.

Ante este nuevo escenario, y en dialogo entre este medio y varios de los funcionarios que dieron el salto, la respuesta fue unánime: el que peleará por la vicecoordinacion será Miguel Barbosa. 

Nuevamente, el poblano mantendrá un perfil alto en el recinto y seguirá peleando su batalla desde las cúpulas de desición, ahora bajo el signo de otro grupo parlamentario.

"Barbosa fue quien comenzó esta serie de movimientos. Su declaración de apoyo a AMLO marcó un quiebre dentro de su partido y modificó la relación de fuerzas unido, con sus senadores, los tres morenistas Robledo, Delgado y Salazar. Entonces, es lógico que se quede con la vicecoordiancion y el resto de los miembros ni siquiera la cuestionen demasiado. Porque ha sido pieza fundamental para que se formara ahora este nuevo grupo", respondieron desde las filas de ex perredistas.

Con este nuevo desafío en las narices, la nueva bancada deberá entonces reordenar sus filas para posicionarse como una tercera fuerza unida y evitar que los diversos orígenes de su nueva formación erosionen, como en el PRD,  a una bancada de izquierda.