Contra los protocolos, Enrique Peña Nieto tuvo un gesto especial con los militares en la antesala de su participación en el foro de Canacintra, en Toluca. El mandatario descendió del helicóptero que los trasladaba y se acercó a una formación militar que lo esperaba. "Buenos días soldados", exclamó EPN. "Buenos días, señor presidente", replicaron a unísono.

Luego el mandatario les agradeció su trabajo y su apoyo "a la seguridad de las familias mexiquenses". Los despidió del mismo modo que los saludó -todo perfectamente sincronizado- e ingreso al salón de actos en el Centro de Exposiciones de Toluca.

Es un gesto inexistente en el protocolo militar y nunca visto antes durante la presidencia de Peña Nieto. La escena tiene una lectura clara. El Presidente quiere exprimir todo lo posible el tropiezo de Andrés Manuel López Obrador, luego de haber acusado directamente al Ejército por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

El Gobierno quiere diferenciarse del discurso de Morena y expresar un respaldo absoluto a la función de los militares. El primero fue Miguel Ángel Osorio Chong que dijo que siempre defenderá a los militares.

Morena va en la misma dirección y tras su desafortunados dichos, el propio López Obrador ofreció un puente de reconciliación: ahora el candidato señala que les subirá el sueldo a los soldados en caso de ser presidente.