Como en el pasado con los Consejos Nacionales del PRI, la próxima reunión de la dirigencia de Morena para evaluar la pasada elección de la que salieron victoriosos se tornará importante para el futuro del Gobierno entrante. LPO contó los dos escenarios que son la antesala al encuentro.

El primero de los movimientos en el tablero tiene que ver con la eventual modificación de los estatutos del partido marón para que sus hombres de confianza sigan al frente de Morena. En particular a sus mujeres, ambos liderados por Yeidckol Polevnsky, quien -historia conocida- tuvo que continuar en el partido tras la llegada de Marcelo Ebrard a la Cancillería, el objetivo último de la lideresa marrón con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador.

Esto no fue posible y Polevnsky Gurwitz entendió que su protagonismo encontraría un lugar correcto en la dirigencia del partido que más creció en los últimos años. Para ello, tras el 1 de julio, preparó con López Obrador la ruta de la evolución del Movimiento de Regeneración Nacional con un paño frío en manos.

Según pudo saber LPO, el presidente electo y la dirigencia marrón quieren congelar el crecimiento de Morena, tal como hoy está. La razón es más estratégica que electoral: el Gobierno entrante no quiere frentes abiertos ni luchas intestinas por el poder que ha conseguido el nuevo partido oficial. Por el contrario, desea que al menos en el arranque de la nueva administración el partido tenga un bajo perfil y pase a un rol secundario, prácticamente en manos de gobernadores, senadores, diputados federales y locales, y alcaldes, pero de nadie más.

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Tampoco desean que las estructuras sindicales y bases partidistas del PRI y PRD, que ya hicieron sus maletas, se muden e inicien la rebatinga por cargos y nombramientos. Sin embargo, Polevnsky no lo tiene fácil. Este es el segundo escenario con el que Morena tendrá que reunirse en Consejo Nacional.

Tanto los aliados históricos como los que se unieron en campaña ya asumieron un sitio en las subsecretarías o en la estructura nacional de los Delegados de Programas Sociales. Los perfiles no están de más cuando se asume el Gobierno de todo un país. Desde luego, lo que ha complicado la operación de Yeidckol ha sido las renuncias de César Yáñez (eventual titular de Comunicación de Presidencia), Gabriel García (ex secretario de Organización de Morena), Mauricio Hernández Núñez (próximo coordinador estatal en Guanajuato y ex secretario de Educación, Formación y Capacitación Política de Morena), y Alejandro Esquer (ex secretario particular de AMLO y responsable de las finanzas de Morena). 

Sin estos cuadros, quienes se irán con AMLO a Presidencia, el partido marrón se quedó sin los operadores de la victoria. Aún hay dudas sobre quiénes podrían reemplazarlos, pero algo se nota en el ambiente del CEN marrón: los lugares que quedarán vacantes deberán ser tomados por perfiles que manejen discreta y correctamente el dinero y control territorial del partido. El fideicomiso del terremoto y las donaciones de militantes en el Congreso de la Unión -o incluso de empresarios- son algunos de los temas que flotan el aire.

"Que todo esté como está, que no haya mayor cambio o renovación que no sea a favor del licenciado Andrés Manuel", es la orden que ha bajado Yeidckol a sus cercanos.