Miguel Ángel Mancera es un político hábil, aunque su imagen en la Ciudad de México haya quedado muy dañada. El ex Jefe de Gobierno comprendió en las últimas semanas que la ola de Morena viene con más fuerza de la esperada, y el escenario posible es bastante menos favorable que el deseado. No hay más espacios para wishful thinking, llegó la hora del pragmatismo

Todas las encuestas, sin excepción, colocan a Claudia Sheinbaum al menos 20 puntos arriba de Alejandra Barrales. Una buena parte de las alcaldías, y también de los distritos electorales para el nuevo Congreso capitalino quedarían en manos de Morena. Llegarán personas que protagonizaron en este sexenio una lucha por momentos muy cruda entre las dos fracciones de la izquierda. En esa Ciudad vivirá Mancera.

Pero el dato que no pasa por alto, y acaso sea el más importante, es el lento pero constante alineamiento entre los factores de poder detrás de la candidatura de AMLO. El pacto EPN-Morena suena exagerado, aunque esconde una realidad, porque para el Presidente sólo hay un escenario vetado: una eventual victoria de Anaya.

Con ese cuadro, en las últimas horas se filtró el dato de una visita privada de Mancera a Los Pinos. Varias personas habrían sido testigos de su ingreso veloz, con un dato: tendría que haber aguardado más de una hora para que el Presidente lo atendiera. ¿Por qué tanta espera?

La relación de Peña Nieto con Mancera siempre fue cordial y de respeto. Hasta que el Presidente no vio con buenos ojos su decisión de avalar el Frente, escenario que sorprendió al círculo rojo, sobre todo por su fuerte amistad con Osorio Chong.

Según explicó una fuente que camina por los parques de Los Pinos, la presencia de Mancera respondió a un pedido concreto: que el desembarco de López Obrador no incluya una embestida política, judicial y mediática en su contra. 

El recelo con Marcelo Ebrard es conocido por todo el arco político. En el momento más tenso con Los Pinos -acusado de haber filtrado los documentos de la "Casa Blanca"-  Mancera habría operador para evitar que obtuviera una diputación. Y López Obrador suele hablar del ex Jefe de Gobierno como "Mancerita". Más claro imposible.

Mancera se anotó una victoria días atrás, cuando el Tribunal Electoral avaló su candidatura pluri al Senado. Esa postulación, como reveló este medio, había sido objeto de un fuerte lobby de parte de algunos operadores de Morena, que intentaban voltearla, signos de un clima de esta nueva época.