Días atrás, en una velada con algunas figuras de la política, en su residencia de la  Ciudad de México, Alfonso de Angoitia -una de las cabezas de Televisa- habría comentado que en el Consejo de Administración de Femsa ya se hablaba como una realidad sobre la eventual salida de José Antonio Fernández Carbajal de la dirección general de la compañía. Otra secuela lógica del imparable ascenso de Andrés Manuel López Obrador.

No se trata del comentario de un desconocido. De Angoitia integra dicho consejo como miembro independiente. En el mismo hay otros hombres de negocios como Alberto Baillères de Grupo Bal, Alfonso González Migoya de Volaris o Ricardo Saldivar de Home Depot. A ellos se suman ejecutivos clave del grupo como el CEO Eduardo Padilla, Alfonso Garza Garza y la heredera Eva Gonda Rivera, una de las mujeres más ricas del país.

A diferencia de Germán Larrea o Claudio X. González, entre AMLO y el Diablo Fernández no ha habido abrazo alguno ni tampoco -al menos todavía- un encuentro para buscar un diálogo en buenos términos. El tabasqueño suele señalarlo como uno de los aportantes a la llamada campaña del miedo del 2006. 

La relación entre ambos es distante. Como explicó LPO, el Diablo es uno de los empresarios regios del poderoso "Grupo de los 10" que más resistencia puso para recibir a AMLO o a su intermediario Alfonso Romo. Un dato que no fue casual: Hace dos semanas el ejecutivo publicó un video en el cual hablaba de los peligros del populismo. 

En las últimas semanas distintos ejecutivos del Grupo de los 10 -integrantes de Alfa, Proeza y DeAcero aceptaron reuniones con AMLO. Pero otros mantuvieron su postura, como Juan Ignacio Garza Herrera, de Xignux, que ayer martes apareció con su propio video pidiendo la continuidad de la matriz económica actual. En esa sintonía está también Fernández.

El rumor de un posible cambio de director general se ancla además en que Femsa quiere apostar fuerte por su negocio energético con Oxxo Gas, un sector del cuál se depende del Gobierno a un nivel muy superior al de los refrescos, donde el poder de fuego de la administración pasa principalmente por los impuestos.

Habría que entender en este mensaje  de De Angoitia otras tensiones, como por ejemplo las que se generaron por las espinosas negociaciones de los últimos meses entre los Rayados de Monterrey -equipo de Femsa- y Televisa por los derechos de emisión de los partidos. El fútbol es uno de los pocos negocios rentables en materia de contenidos que le quedan a Televisa.

De repente, en la compañía se reitera la historia de hace seis años. En ese entonces el Diablo había jugado muy fuerte con Josefina Vázquez Mota y contra Enrique Peña Nieto. Fue precisa la intervención de Gonda Rivera para que el ejecutivo relanzara su relación con el actual presidente, estrategia que involucró un oportuno premio en Nueva York.

Ahora la historia se repite pero con una brecha que es más amplia y con diferencias más ostensibles.