La definición sobre el futuro de la conducción del PRI sigue provocando movimientos entre los potenciales candidatos del tricolor. El más reciente es que José Narro también sería partidario de la idea de que Enrique Ochoa deje la dirigencia nacional. El argumento en este caso es que el ex director de CFE es más apto para colaborar a generar un candidato fuerte de otro partido que para formular una oferta atractiva dentro del PRI.

Narro está en una línea similar a Emilio Gamboa, que no está convencido del esquema de alianzas grandes que se menciona en Los Pinos y menos con el plan de encumbrar a Rafaél Moreno Valle. 

El secretario de Salud estuvo en Cuba días atrás y en una cena dijo que el PRI no puede permitirse, en el estado actual, volver a jugar a perder. Según esta idea, en las campañas de 2000 y 20o6 esa era una salida viable porque se frenaba a Andrés Manuel López Obrador y de paso se retenía fuerte poder territorial y legislativo. Algo que en 2018 será muy difícil. Narro es de los que creen que el partido puede terminar desapareciendo.

"Yo no voy a ser candidato a perder", es otra de las máximas que suelta Narro los últimos días cuando asegura que antes de ser abanderado del PRI y jugar para otro competidor, prefiere ver la contienda de lejos.

El dato más relevante de Narro es que está construyendo su candidatura de modo mucho más visible que otros integrantes del gabinete cuyos nombres se barajan. Se ha reunido con Carlos Slim y con Carlos Salinas de Gortari, ha platicado con gobernadores del PRI así como también con diputados y senadores