Hace una semana, sin esperar a la decisión que se hizo oficial este miércoles sobre la renuncia de ocho de los once integrantes de la Suprema Corte de Justicia -entre ellos, la presidenta Norma Piña-, las ministras Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz Ahlf se adelantaron y presentaron una lista de nombres para conformar el Comité de Evaluación.
Este órgano tendrá a su cargo la selección de los perfiles de quienes se postularon para competir por los distritos y circuitos del Poder Judicial que salieron sorteados en el Senado de la República rumbo a la elección en 2025. De acuerdo con la Reforma Judicial de la 4T, al Poder Judicial, como a los otros dos poderes, le tocan cinco integrantes.
Esquivel y Loretta propusieron juntas a perfiles burocráticos de la élite del derecho en México, que suelen aparecer en revistas de liderazgo empresarial como Ruth Villanueva Castilleja o abogadas que se han avinagrado en la academia como Silvia Gabriela Ortiz Rascón. Aunque el nombre que resaltó en esta terna fue Raúl Plascencia Villanueva.
Se trata del presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en la administración del panista Felipe Calderón cuya actuación dejó mucho que desear durante la época de la guerra contra el narco, como la cúpula del obradorismo lo denunció en su momento. Sin embargo, esto no pareció impedimento para Esquivel y Loretta quienes se han declarado obradoristas y han manifestado que se quedan en la Corte para postularse a la reelección.
Esto lo había advertido la tercera ministra que se queda para participar en la elección, Lenia Batres, quien luego de la invitación de sus compañeras rechazó sumarse a presentar una terna con ellas y, en contraste, propuso la suya este martes por la noche, la cual incluye a María Estela Ríos González, consejera Jurídica de Presidencia con AMLO, y conocidos aliados de la 4T como Bertha Galeana Cisneros y Miguel Ángel de los Santos Cruz.
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Esta redacción pudo conocer los detalles del armado de ambas ternas y las negociaciones detrás de ellas, y resalta la influencia de Batres Guadarrama en cuanto a intentar dos de los cinco perfiles, dejando dos para la unión de Esquivel y Loretta, y uno último para la oposición representada en la ministra Norma Piña y así tener a los cinco.
La confianza de Lenia Batres deriva de un cálculo no precisamente trivial: anticipa que será la aspirante a la reelección en la Suprema Corte más popular y que reúna más votos a su favor, con el antecedente del respaldo del expresidente López Obrador que la eligió él mismo, y con un apellido tan bien colocado entre los simpatizantes del morenismo como los Batres Guadarrama. Ahí la potencia de Lenia.
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