El embajador mexicano en Madrid Quirino Ordaz quedó en la cuerda floja del ánimo presidencial. Fuentes del gabinete dijeron a LPO que el ex gobernador de Sinaloa se había comprometido a lograr aval del PRI a la militarización en el Senado pero que este privilegió sus conflictos internos en la entidad y que por ese giro Adán Augusto López Hernández no logró un voto clave que hubiera significado aprobar la iniciativa la semana pasada.

Días antes de la votación en el Senado, el mandamás de Segob comenzó a cabildear el voto favorable de senadores priístas más cercanos a Alejandro Moreno Cardenas que a Miguel Ángel Osorio Chong. Uno de esos votos fue el del senador sinaloense Mario Zamora.

El senador, que el año pasado fue derrotado en la contienda por la gubernatura frente a la 4T, venía recibiendo mucha presión del PRI de Sinaloa para que votara contra la militarización. Era una forma también de poner a prueba su cercanía con el dirigente nacional. De ese modo, ante cualquier determinación Zamora salía perdedor: o recibía el rechazo estatal o se expresaba un distanciamiento a nivel del CEN. 

En sus conversaciones con los emisarios de la 4T, Zamora decía que podía tener una actitud más favorable si el PRI de su estado le reclamaba que apoyara la militarización. Para el Gobierno no era una misión compleja: el PRI sinaloense está controlado por el gobernador de Morena Rubén Rocha, el embajador Ordaz y el ex gobernador Jesús Aguilar, amigo de Rocha y cuyos familiares directos operan la conducción estatal del tricolor.

Desde Palacio se comunicaron con Rocha y con Quirino y ambos dieron el visto bueno para operar que el PRI de Sinaloa le pidiera a Zamora un voto favorable a la militarización. Pero nada sucedió. Nu hubo siquiera un posteo en redes sociales para defender los planes de Andrés Manuel López Obrador. De hecho, se operó un desplegado en la prensa de dicha entidad en el cual se expresaba sintonía con la militarización y que suscribían priístas de Sinaloa. Pero a las pocas horas todos ellos negaron el contenido del desplegado. Y finalmente Zamora no acompañó la postura gubernamental.

La pregunta que flota en Palacio: ¿Por qué Rocha y Quirino no jugaron en sintonía con el Gobierno? Hay especulaciones de todo tipo. Por un lado se dice que privilegiarion su confrontación con Zamora a meses de que el PRI renueve autoridades en la entidad. Otros comentarios, aún más ácidos, dicen que en realidad Rocha y Quirino buscaron asestarle un golpe a las aspiraciones de Adán Augusto, porque tienen interés en otros  suspirantes.

Por lo pronto, el embajador puede ser convocado de un momento a otro para dar cuenta de lo ocurrido. De paso, se le mencionará la queja que llega desde los empresarios españoles del turismo hasta el despacho presidencial, un reclamo que viene a decir que el embajador supuestamente se está excediendo en tramitar estancias en resorts de lujo para familiares y allegados solo a cambio de sus buenos oficios en Madrid.