Tras varias idas y vueltas, finalmente Quirino Díaz será el nuevo gobernador de México en España.

Esta tarde la candidatura del ex gobernador priista fue aprobada en el Senado, en una votación que vio a Morena imponer su mayoría y recoger el respaldo de sus aliados como el Verde, el PT y el PES para llegar a los 74 votos a favor.

En tanto, la oposición del PAN, PRI y PRD, se dividió entre rechazar la candidatura con 20 votos en contra) y 12 abstenciones.

En el pleno, los legisladores morenista elogiaron el perfil del ex gobernador de Sinaloa, como lo hiciera el propio presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, Héctor Vasconcelos, quien dijo que la trayectoria de Díaz era garantía de que podría revitalizar la relación entre los dos países. 

En tanto, otras figuras como el coordinador de la bancada priista en el Senado, Osorio Chong, dijo que votaba en contra no solo porque el mandato del Consejo Político del PRI, sino que además no se podía premiar a alguien que no había logrado resultados electoral para el partido en el estado.

Quirino da por sentada su salida del PRI: "Siempre estaré agradecido por lo que me dio"

Y añadió: "Pareciera [que la embajada] es un pago a una acción que pudiera haber sido el respaldo a un candidato diferente al nuestro".

El propio Alito Moreno dijo durante el fin de semana, en un acto por los 93 años del PRI que los ex gobernadores que estaban siendo reclutados por el gobierno (Quirino, Pavlovich y Aysa González) para misiones diplomáticas eran ingratos con el partido que les dio todos.

 "Quienes quieran servir a México, que lo hagan desde el partido y no a miles de kilómetros de la frontera en la comodidad de una embajada", expresó Moreno, quien dijo que eso no será permitido, reiterando su amenaza de expulsión contra los tres ex gobernadores priistas.

AMLO ha defendido estas designaciones diciendo que estaba seleccionando a gobernadores que hicieron bien su trabajo y querían seguir sirviendo a México, mientras numerosos dirigentes opositores, como lo hiciera hoy Chong, señalaron que se trata no solo de una estrategia de AMLO para debilitar la coalición con el PAN y el PRD sino una suerte de devolución de favores a gobernadores por entregarle sus estados a Morena en los comicios de junio pasado.