En las últimas horas se han acelerado los dichos y las conversaciones subterráneas entre Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Adán Augusto López Hernández y el foco de ataque es uno solo: Mario Delgado y las encuestas con las que se definirá la candidatura presidencial de la 4T.
El dirigente de Morena afronta una baterÃa de pedidos que van desde que los aspirantes puedan proponer casas encuestadoras de su confianza, la expansión de la base de los encuestados y la organización de debates. Monreal y Adán Augusto ya dijeron públicamente que podrÃan ni siquiera anotarse a la encuesta de Morena. En las conversaciones entre los inconformes domina la teorÃa de que Delgado ya acordó una posición central en un eventual gabinete de Claudia Sheinbaum.
Por estos avatares el dirigente necesita un triunfo contundente en Edomex, que compense sobretodo el desastre que va a ser la elección de Coahuila, donde más allá del resultado no logro unificar al Verde y al PT detrás de Morena.
La pregunta clave a responder es si el secretario de Gobernación y el canciller tienen la espalda polÃtica para rechazar la encuesta de Morena y asà desairar a Andrés Manuel López Obrador. Las dudas más fuertes se centran en el primero porque Adán Augusto probablemente se vea favorecido por los sondeos de Delgado: ¿Cuál serÃa su motivación para una medición más seria que lo dejarÃa en tercer lugar?
El presidente no puede tolerar una realidad en la cual domine la idea de que no tiene control de su sucesión. DÃas atrás se le recomendó anunciar a su candidato en noviembre de este año y evitar asà turbulencias en las leyes presupuestales del último año de sexenio. El tabasqueño se negó e insistió en que en septiembre Morena tendrá definido su destino polÃtico.
El escenario más inquietante en Palacio Nacional es que el canciller tenga una salida intempestiva del gabinete, sin pasada por la mañanera ni agradecimientos, una partida que denote una situación interna desbocada. Ese temor convive con la cerrazón a cualquier cambio en el proceso de selección del candidato.
De hecho, en un principio Sheinbaum habrÃa aceptado debatir públicamente con sus competidores pero hace dos semanas esa posibilidad fue abortada desde el entorno presidencial.
Un punto crÃtico llegará una vez se defina la elección del Edomex. No tanto por el resultado, sino porque en Palacio creen que la guerra verbal entre los aspirantes a la presidencia podrÃa elevar los decibeles ya sin la presión de afectar candidatos del sello Morena.
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