Marcelo Ebrard se ha convertido en las últimas semanas en un lugar común en todo el arco morenista. En la CDMX asesora a la campaña de Clara Brugada y busca impulsar a los candidatos morenistas en diversas alcaldÃas mientras que, en el plano de la elección presidencial, permanece cerca de Claudia Sheinbaum, a quien acompañó en la noche del pasado domingo, en el último debate.
Esa dualidad respecto a dos equipos que se recelan es registrada en el oficialismo como un contexto favorable para que el excanciller recale en la SecretarÃa de Gobernación si Morena se impone en la contienda del 2 de junio.
Ebrard se mueve bien en un vÃnculo que es tenso al interior del morenismo. Ayer lunes esto quedó por escrito: el matutino La Jornada, de estrecha sintonÃa con la campaña de Sheinbaum, publicó una columna en la que se advirtió que la elección de Brugada está complicada y que Morena puede llegar a perder hasta 10 alcaldÃas.
Cerca de Sheinbaum advierten además que Ebrard tiene relación con todo el arco de la oposición, lo cual facilitarÃa la interlocución en la búsqueda de acuerdos. Un rasgo del que, por ejemplo, Mario Delgado carece por los agravios mutuos de los últimos meses de campaña.
Ebrard en Segob además puede jugar un papel clave en la relación bilateral con Estados Unidos, especialmente si se considera que la migración seguirá siendo un asunto central, ya sea los demócratas logren su reelección o bien, llegue un gobierno republicano.
En el War Room de Morena aseguran que Ebrard podrÃa tener un papel central en el nuevo gabinete a no ser que exista un veto fulminante por parte de Andrés Manuel López Obrador.
No se ha registrado demasiado, pero la relación del excanciller con el presidente no da muestras de haber superado la interna morenista de finales del año pasado, cuando Ebrard objetó fuertemente un procedimiento diseñado desde Palacio.
Ebrard, de hecho, en una entrevista la semana pasada, casi dio por descontado que López Obrador no tendrá injerencia alguna una vez que deje el poder. Son giros discursivos que no agradan en Palacio: hace dos meses Sheinbaum dijo algo similar a El Universal, hubo una queja desde el entorno presidencial y la candidata ya no volvió a hablar del futuro del actual mandatario.
El posible camino a Bucareli es disputado, porque además de Delgado. (cuyo papel en un eventual sexenio de Sheinbaum luce difuso), Zoé Robledo también quiere dejar el IMSS para ir a Segob y Luisa MarÃa Alcalde dice en privado que podrÃa continuar en el cargo en el tramo inicial del posible gobierno de Sheinbaum.
¿Y la coordinación del Senado? Con el aval del Ejecutivo podrÃa tenerla pero lo cierto es que Adán Augusto López Hernández ya tiene 15 futuros senadores morenistas que lo respaldarán para la coordinación.
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