Para el Departamento de Estado el presidente brasilero Luiz Inacio Lula Da Silva se ha convertido en el único conducto para encontrar una salida a la crisis de Venezuela, donde el chavismo sigue sin poder mostrar las actas de la elección del mes pasado.
En las últimas horas Antony Blinken ha conversado con diplomáticos de Brasil, México y Colombia, en una serie de intercambios que ofrecen pistas del momento actual en lo referido al paÃs sudamericano. También ha hablado con quienes siguen el tema desde las Nazciones Unidas.
El secretario de Estado no quedó conforme con los dichos de Gustavo Petro en la red social X, especialmente los que introducen el tema de las sanciones contra el chavismo. Petro pide retirar esas penalizaciones pero, de momento, para Blinken no hay discusión sobre ese tema en lo referido a las personas individuales del gobierno venezolano. Según pudo conocer esta redacción, Washington no pude levantar sanciones en un momento en el cual el chavismo ha arrestado a más de 2000 personas y ha endurecido su sistema represivo.
Otro detalle: a los tres dÃas de las elecciones venezolanas el Departamento del Tesoro nombró a un halcón de los gobiernos de George W. Bush como jefe de todo lo referido a sanciones. Se trata de Brad Smith, que a principios de siglo era el zar del gobierno estadounidense para todo lo referido a financiamiento irregular de la polÃtica.
Respecto a México, el secretario de Estado conversó ayer jueves con la canciller Alicia Bárcena en un momento de alta densidad en la relación bilateral, cuando el pasado miércoles Andrés Manuel López Obrador criticó duramente a Estados Unidos por el affaire del Ismael Zambada. Según explicaron a LPO desde la CancillerÃa, a Blinken le preocupa que México reconozca a Nicolás Maduro y de ahà que agradecen el silencio del presidente en los últimos cuatro dÃas sobre todo lo referido a Venezuela.
Es notable: López Obrador esta semana emitió una critica total del gobierno de Estados Unidos, de su sociedad y de su entendimiento del problema del narcotráfico. A Blinken todo ello lo tiene sin cuidado. La clave es que no hable de Maduro ni que diga que va a reconocer lo que diga el Tribunal Supremo de Caracas respecto a las elecciones.
Asà las cosas, Brasilia es de momento la terminal principal para los demócratas en todo lo referido a Venezuela. Más allá del lapsus de Joe Biden el miércoles antes de subir al helicóptero presidencial - uno más -, en el Departamento de Estado no rechazan los dichos de Lula sobre la posibilidad de hacer una nueva elección en Venezuela.
Blinken cree que es un mensaje positivo para Maduro en el sentido de que se sigue apostando por una salida polÃtica a la crisis, aunque esa salida no sea necesariamente electoral.
Fundamentalmente, aseguran, Lula tiene que estirar los tiempos en una transición que es muy larga (el nuevo presidente de Venezuela asume en enero) y mantener una dinámica según la cual Maduro no tiene asegurado un nuevo mandato.
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