La elección en el Edomex va a generar un movimiento interno en el PRI, especialmente si el tricolor sufre una derrota contundente. Por estas horas, en el War Room de Manolo Jiménez, que será el próximo gobernador de Coahuila a no ser que haya un giro cuántico de los acontecimientos, comienza a instalarse la lectura de que el PRI requiere de una refundación y que esta se debe ejecutar desde el norte del país.
Este plan tiene su epicentro en Coahuila pero va más allá porque algunos de los principales alcaldes de Nuevo León son del PRI y apoyan a Manolo y el gobernador de Durango Esteban Villegas es una terminal de Miguel Ángel Riquelme y Rubén Moreira que tuvieron mucho peso en su campaña del año pasado.
Toda una interconexión que ya coquetea con la idea de desplazar a Alejandro Moreno Cárdenas, no después del Edomex, sino después de la elección presidencial.
El cálculo es previsible: el PRI herido no va a tener casi oportunidad de poner al candidato presidencial y en las gubernaturas en juego en ninguna suena un candidato del tricolor competitivo. Después de esa temporada electoral, vendría la renovación de la que ya se habla.
Este clima de descomposición pudiera precipitarse si finalmente el PRI fuera expulsado de la alianza con PAN y PRD y en su lugar llegara MC. No es un escenario simple y hoy por hoy luce como una maniobra compleja a no ser que la derrota en Edomex sea catastrófica.
El plan rescata ecos de los años pasados, que van desde un cambio de nombre del partido hasta nuevos colores.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.