La reestructuración que comanda la nueva dirigencia del partido guinda no está relacionada únicamente a cuestiones políticas y electorales. También influye en otros escenarios de Morena, como el Instituto Nacional de Formación Política (INFP) que preside El Fisgón, uno de los representantes más duros de la 4T. Según pudo sabre LPO, en los últimos días creció la tensión en dicha dependencia ante nuevas instrucciones dadas por Andy López Beltrán.

Diversas fuentes con cargos de responsabilidad le reconocieron a esta redacción que el hijo del presidente ordenó, desde su llegada a la Secretaría General del partido guinda, una "reestructuración" dentro del INFP bajo el argumento de que su oficina y el Instituto estarían desarrollando una "duplicidad de funciones", es decir, la misma tarea desde ángulos diferentes. Es por esto que la nueva dirigencia habría ordenado reestructurar al Instituto e, incluso, recortar al personal que ahí trabaja.

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Esto habría generado tensiones dentro de los diferentes grupos políticos que conviven al interior de partido guinda y, especialmente, entre el personal del INFP que teme que las nuevas directrices acaben o reformulen de manera negativa a sus actuales responsabilidades. Además, ante el malestar que existe los diferentes liderazgos del partido se echan responsabilidades mutuas para no tener que enfrentar las consecuencias con la masa laboral del instituto.

Con este escenario, la flamante dirigencia del partido guinda empezó a modificar el antiguo funcionamiento que existía dentro de Morena. Bajo el liderazgo de Mario Delgado el INFP se dedicó a crear comités, cursos y charlas para la militancia oficialista en coordinación con otros sectores políticos del país y del continente. Ahora, según reconocen ante LPO, esto también estaría en entredicho ante las nuevas órdenes dadas por Andy López Beltrán.

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Estas nuevas órdenes están vinculadas al principal objetivo que comanda Andy López Beltrán desde que llegó a la dirigencia de Morena: la afiliación de, al menos, diez millones de personas. Éste es el gran propósito que persigue y por el cual trabaja la nueva dirigencia morenista para enfrentar con mayor aparato y estructura las próximas elecciones de medio término de 2027, cuando casi la mitad de los estados del país renueven a sus autoridades.