El secretario de Organización de Morena, Andy López Beltrán, quiere recuperar centralidad tras un verano desastroso, con sus postales en Tokio y la carta posterior, de su autoría, que no hizo más que agrandar el escándalo que afecto la imagen de austeridad del oficialismo.

Desde la semana pasada el hijo del expresidente comenzó a llamar a algunos gobernadores y alcaldes a quienes les agradeció su apoyo, obviamente subterráneo, durante la crisis de sus vacaciones.

En esas llamadas, según mencionan en Morena a LPO, Andy dijo que aceleraría sus labores de afiliación y, detalle no menor, culpó a Luisa María Alcalde de la filtración de su paseo por Asia. Una de sus interlocutoras le dijo que ella pensaba que el ataque venía de Palacio pero Andy se empeñó en señalar a la dirigente nacional.

También ha mencionado la cuestión de las afiliaciones sobre las cuáles pesaría alguna duda frente a la segura revisión del INE. Andy cree que las adhesiones que operó directamente no deberían tener problema, en todo caso, la responsabilidad sería del diputado Alejandro Peña, a quien él reemplazó en el cargo partidario.

Como sea, el punto central de las llamadas de Andy es tocar base con sus aliados al interior del movimiento y, desde ya, orquestar fotos y demostraciones públicas que cristalicen lo conversado en privado.

El problema es evidente: varios de los que han hablado con Andy dudan de tomarse la foto porque temen que aparezcan nuevos escándalos sobre las gestiones empresariales de López Beltrán.

El otro foco de riesgo sería Estados Unidos. Actualmente corren rumores de todo tipo sobre investigaciones, testigos protegidos y cancelaciones de visados. Varios gobernadores y alcaldes de Morena temen que por estar cerca de Andy sean destinatarios de algún tipo de represalia desde el norte.

Frente a estas dudas es que el secretario de Organización apuesta a la reaparición de su padre a fin de año, para la presentación de su nuevo libro, una novedad electoral que sería presentada con una gira nacional, en los 32 estados.