Andrés Manuel López Obrador volvió a enfrentar un duro cuestionamiento durante su conferencia de este martes en torno a su relación con la prensa y la situación de vulnerabilidad que siguen enfrentando periodistas, lo cual ha puesto a su gobierno no solo bajo la lupa de la crítica interna, sino también ha escalado a las altas esferas del poder en el extranjero.

Como muestra de eso, fue un periodista de la cadena televisiva Al-Jazeera, de Catar, quien llevó el tema, afirmando que las constantes críticas que suele hacer hacia periodistas desde Palacio Nacional (los que el Presidente califica como "influyentes" y "fifís") tienen efecto en otros comunicadores con menos proyección, poniéndolos en una mayor vulnerabilidad.

Es uno de los temas que ha tomado mayor sensibilidad en los últimos meses para este gobierno, en un contexto en que el número de periodistas asesinados escaló a nueve en lo que va del año, por lo que el cuestionamiento llevó esta mañana a un debate que duró alrededor de 40 minutos, prácticamente la última parte de esta conferencia.

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En su defensa, López Obrador insistió que estos crímenes no están relacionados con el Estado: "Los que lamentablemente pierden la vida en su mayoría tienen que ver con conflictos regionales no vinculados con el poder", dijo, agregando que son muy pocos los casos en los que se vinculan autoridades locales.

En esa vía, subrayó que para él hay una diferencia entre las personas que ejercen el periodismo y que sus críticas no van dirigidas a todo el gremio: "Aquí siempre hablamos de los auténticos periodistas y de los voceros del poder económico y político. Aquí el cuestionamiento es a los periodistas que se han dedicado a apoyar al régimen de corrupción y de injusticias. Aquí cuestionamos a los periodistas que han actuado en contubernio con autoridades represivas o a periodistas que han ayudado a autoridades a justificar torturas".

Desde esta postura, el mandatario niega que se limite la libertad de prensa; afirma que él tiene derecho a réplica y la ejerce. "Solo es el debate" y en contraste dijo que los ex Presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto tuvieron "control" de la prensa mientras que, en su caso ha sido el gobierno más atacado por los medios.

Para López Obrador es claro que estos señalamientos son "una propaganda política en su contra" que surgen también desde el extranjero. Por ejemplo, recordó el caso de la posición del parlamento de la Unión Europea, afirmando que el principal promotor es un opositor de Venezuela. También recordó que ha habido críticas del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.

"No es que les importe la vida de los periodistas; lo que les molesta es que haya un cambio y no se permita la corrupción y haya justicia", agregó. Para él, haría falta una reforma de fondo para tener un periodismo "libre e independiente".

En cuanto a los asesinatos a periodistas este año, una de las demandas que trasciende a este sexenio es la alta impunidad en la mayoría de los casos, una promesa de López Obrador de revertir en su sexenio, y para probarlo, mostró una tabla en donde se observa que en los nueve casos ha habido detenciones de entre dos y hasta diez personas por cada crimen. Incluso confrontó al reportero y le pidió que si tenía pruebas de que persistía la impunidad en su gobierno, se lo probara.

No obstante, una de las observaciones del periodista -matizando y reconociendo que son crímenes recientes- es que en ningún caso había sentencias, pero tampoco sobre casos de otros sexenios. El Presidente dio su palabra que sí lo habría, pero sin presiones. 

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La relación entre este gobierno y la prensa -nacional y extranjera- ha sido más que tensa. Ha apuntado con igual dureza desde Palacio contra el Reforma, Carmen Aristegui, Carlos Loret de Mola, entre otros, quienes a su vez han lanzado algunos reportajes que han puesto en la mira al gobierno, como el caso de su hijo José Ramón y la casa en Houston. 

El tema ha escalado conforme han crecido los crímenes contra periodistas, incluso meses atrás algunos reporteros de la mañanera se manifestaron en solidaridad con todos ellos. Pero López Obrador ha sido insistente en que estos crímenes tienen que ser vistos en un contexto de violencia que atravieza el país y que es "herencia del modelo neoliberal".