Andrés Manuel López Obrador descartó una ruptura con el sector religioso tras los reclamos desde la Iglesia por su estrategia de seguridad y que en los últimos días parece estar más tensa que nunca. Sin embargo, este lunes señaló que detrás de estos choques está la oposición, "buscando generar polémicas". 

"Los adversarios nuestros, como no han podido imponerse, ahora están queriendo que nosotros entremos a una polémica con las iglesias", señaló el Presidente en su conferencia de este lunes, al ser cuestionado sobre su postura ante la Iglesia, que ha cuestionado las políticas actuales de seguridad, luego del asesinato de dos sacerdotes jesuitas.

"Nos identificamos muy bien con el papa francisco, y también tenemos muy buenas relaciones con pastores, con ministros de otras iglesias, pero ya estoy viendo la mano negra de los conservadores que quieren ahora echarnos encima a las iglesias. ¡No! Que nadie se confunda. Si me piden que yo exprese cuál es mi dirigente social más admirado al que respeto más por su entrega en favor de los desposeídos es Jesús Cristo", agregó, insistiendo que mantiene buena relación con las iglesias.

El Presidente acusó que los grupos que se oponen a su gobierno, que él califica como conservadores, están al pendiente de sus obras, en constante resistencia, por ejemplo, señaló que tacharon al aeropuerto de "central camionera" o las críticas a la refinería en Dos Bocas, que no arrancará este año. "Se necesita tiempo", dijo para ambos proyectos. Lo mismo señaló de el Tren Maya, que hay un intento porque no se inaugure el año próximo. "¡Claro que vamos a inaugurar!", sostuvo.

López Obrador insistió en que no habrá ningún cambio en su estrategia de seguridad, criticando a quienes le piden responder con más violencia. "Hay resultados mejores que antes: desde que estamos en el gobierno hay una reducción del 30% del fuero de delito federal. La politiquería está queriendo hacer campaña en contra nuestra con estos temas", insistió.