El caos de la elección venezolana, golpeada por diversas irregularidades, se ha convertido en una encerrona para la Casa Blanca. Asà lo entienden en Palacio Nacional, desde donde la semana pasada Andrés Manuel López Obrador cuestionó que el secretario de Estado Antony Blinken reconociera el triunfo de Edmundo González.
Andrés Manuel López Obrador cree que el secretario de Estado cruzó una lÃnea de no retorno porque ahora Estados Unidos está forzado a una reacción enérgica frente a la determinación de Nicolás Maduro de no abandonar el poder. Asà se lo reclaman a la Casa Blanca desde los congresistas republicanos de Florida hasta un editorial de The Wall Street Journal que le reclama acciones urgentes a Joe Biden.
El inconveniente de ese sendero es que si la economÃa venezolana es fulminada por las sanciones lo que viene luego es un drama migratorio de alta densidad.
En la SecretarÃa de Gobernación señalan que en junio solo fueron interceptados 84 mil migrantes en la frontera con EU. El número más bajo desde el 2021. El dato de julio estarÃa cercano a las 60 mil intercepciones lo cual confirma una tendencia a la baja.
Según calculan en el Gobierno, si las sanciones recuperan toda la intensidad previa a las negociaciones electorales, se estima que 4 millones de personas podrÃan dejar Venezuela para iniciar la tortuosa travesÃa hacia Estados Unidos. Un panorama incontenible y no exento de efectos colaterales.
Si la situación fronteriza se desborda hacia finde año la migración se va a convertir en un tema de la campaña presidencial de Estados Unidos con el cual los demócratas van a atacar a Kamala Harris. Y, desde ya, México no va a salir indemne de esa confrontación.
Un problema adicional serÃa suspender el permiso de la petrolera Chevron para operar en Venezuela: el crudo de la cuenca del Orinoco es clave para mantener los precios internacionales controlados en un mundo sacudido por diferentes conflictos. El regreso de Chevron se gestó cuando Maduro ofreció el compromiso de una elección democrática. Es uno de los acuerdos que se aterrizaron en Doha y que Maduro le enrostró la semana pasada a Blinken.
Chevron es por estos dÃas el territorio más neutro porque explota campos en sociedad con PDVSA, fue autorizada para operar por Biden y sus principales directivos son allegados a la campaña de Donald Trump.
En Palacio Nacional entienden que ahora Washington espera que el drama venezolano sea resuelto por López Obrador, Lula Da Silva y Gustavo Petro. Como si estos jefes de Estado pudieran negociar la salida de Maduro o convencerlo de aceptar la derrota.
López Obrador entiende además que sobre él existe una presión adicional por la relación que México tiene sobre Cuba, que a su vez digita múltiples cuestiones en Caracas.
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