El gobernador de Texas Greg Abbot se muestra inquieto ante la posibilidad de que Morena gane la gubernatura en Tamaulipas. En las últimas horas el mandatario estatal tuvo una serie de encuentros en Austin con empresarios del transporte, el almacenaje y las manufacturas en los cuáles reiteró que de ganar la 4T se deben esperar fuertes controles e inspecciones en la frontera. Así lo dijo a LPO una fuente al tanto de esas conversaciones.

Abbot ha vuelto la frontera con México y la inmigración uno de sus temas predilectos rumbo a la contienda por la gubernatura de noviembre, donde aspira a su tercere mandato.

A menos un mes de la contienda en Tamaulipas, con una clara ventaja en favor de Américo Villarreal, la frontera con Estados Unidos se vuelve un frente ineludible en la contienda tamaulipeca. En el transcurso del último mes Abbot cerró la frontera al comercio proveniente desde México y generó pérdidas multimillonarias. Ese bloqueo se levantó tras acuerdos con los gobernadores Francisco Cabeza de Vaca, Samuel García y Miguel Riquelme. Estos prometieron mayores inspecciones en las cargas rumbo a Texas.  En paralelo Abbot chocó directamente contra Andrés Manuel López Obrador.

Los empresarios de la frontera texana se han vuelto rehenes de las presiones de Abbot y por eso también comienzan a apoyar las campañas republicanas en la frontera, en desmedro de las de los demócratas.

Lo notable del escenario es que el gobernador Abbot tiene una lógica inversa a la que suele primar al interior de México: un triunfo de Morena en Tamaulipas no mejorará la seguridad y las inspecciones, sino que por el contrario, el futuro inmediato será de complicaciones. Incluso no se descarta una escalada de la violencia.

En ese plano, no debería dejar de observarse que en su campaña a gobernador, hace seis años, Francisco Cabeza de Vaca aseguraba que tendría pleno respaldo de Abbot para combatir el crimen pero, según las estadísticas, ese aval no habría sido suficiente.